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Liberados los setenta estudiantes iraníes sitiados en Nueva York por manifestantes

La manifestación antiiraní de Nueva York arreció en la noche del miércoles, cuando cuatrocientos neoyorquinos mantuvieron cercados varias horas a setenta estudiantes iraníes, que finalmente pudieron salir hacia Washington escoltados por fuertes dispositivos policiales. Eran los últimos setenta iraníes de los 192 detenidos el 27 de julio. Mientras tanto, el Washington Post publicaba ayer una información en la que aseguraba que varios millones de dólares introducidos ilegalmente en Estados Unidos servían para financiar las manifestaciones projomeinistas.

Los setenta últimos iraníes de los 192 detenidos el día 27 de julio, que no podían abandonar el Centro Islámico de Nueva York, donde cuatrocientos manifestantes norteamericanos les mantenían cercados, pudieron salir hacia Washington a últimas horas de ayer (primeras horas de la mañana, hora local), bajo la protección de 250 policías, que les permitió ocupar cuatro camionetas y varios coches para abandonar la zona.Veinte manifestantes antiiraníes, que continuaban en el lugar de los hechos cuando arrancaron los autobuses, profirieron insultos a los recién liberados. Según Mark Lane, las camionetas y vehículos que utilizaron las habían cedido indios del Estado de Nueva York. Estos setenta estudiantes eran los últimos que quedaban en Nueva York de los 192 iraníes liberados de las cárceles de Ottisville (Nueva York) y de Manhattan. El jueves por la tarde pensaban participar en una manifestación pro Jomeini ante la Casa Blanca, en el mismo lugar en donde otros cincuenta compatriotas suyos mantienen una huelga de hambre. Los huelguistas iniciaron su protesta con motivo de las detenciones del día 27 de julio, cuando los iraníes se manifestaban en Washington en apoyo del ayatollah Jomeini y para celebrar la muerte del ex sha.

A esta manifestación asistieron varios cientos de norteamericanos, que exteriorizaron su indignación contra el Gobierno de Irán y el ayatollah Jomeini, en respuesta a la congregación de cerca de doscientos iraníes que se produjo ante la Casa Blanca. Estos iraníes acudieron a la residencia presidencial, convocados por la asociación de estudiantes islámicos, para protestar contra la detención de los 192 compatriotas suyos, ya liberados, que se habían negado a declarar su identidad.

La policía impidió que se produjeran escenas de violencia física entre los dos grupos de manifestantes.

El viernes está prevista una marcha de este mismo tipo, pero hasta el momento la policía no la ha autorizado, a la espera de ver cómo se desarrollaba la de ayer.

El embajador norteamericano en las Naciones Unidas, Donald McHenry, y el alcalde de Nueva York, Edward Koch, se habían personado en el barrio Queens, donde los manifestantes estadounidenses mantuvieron durante varias horas cercados a los setenta iraníes.

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McHenry declaró después de su visita, en un intento de quitarle importancia al incidente, que los iraníes «tienen miedo a abandonar el Centro Islámico, pero no veo porqué. Pueden irse cuando quieran».

Varios millones de dólares provenientes de Irán se emplean para financiar las manifestaciones y la propaganda projomeinista en Estados Unidos, informaba ayer el Washington Post.

El periódico, que cita a «fuentes informadas», afirma que las autoridades americanas estiman en unos cinco millones de dólares las sumas introducidas en Estados Unidos por medio de valijas diplomáticas, correos internacionales y bancos extranjeros para desarrollar la ideología de la revolución islámica y crear problemas al Gobierno de Washington.

Estos fondos, según el diario, se emplearían principalmente para financiar viajes y el reclutamiento de estudiantes iraníes y de musulmanes negros americanos. Cincuenta personas compondrían la columna vertebral de la organización. «Manifestantes profesionales, sin ningún otro trabajo, viajan a través del país, y compran coches y propiedades», declaró al Post un funcionario americano. «Está claro que circulan grandes cantidades de dinero», añadió.

El Post señala que también es fuente de financiación de las actividades projomeinistas la venta de hachís y de heroína introducidos de contrabando en el país.

El Departamento de Estado norteamericano ha negado buena parte de las denuncias del Post.

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