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Los morosos de la banca privada adeudan más de 180.000 millones de pesetas

Las últimas estimaciones realizadas sobre las cifras confidenciales que proporciona el Banco de España al conjunto de la banca privada, el total de deudas consideradas como morosas, ha crecido en 30.000 millones de pesetas entre mayo de 1979 y marzo de 1980. Este crecimiento espectacular de los morosos, que habitualmente se duplican en tiempos de crisis, sitúa la cifra total de la banca privada en más de 180.000 millones de pesetas. Ello supone, en términos relativos, el doble de lo considerado como riesgo normal en Estados Unidos.

Expertos bancarios consultados por EL PAIS estiman que dicha cifra está muy infravalorada debido a que la información procedente de los bancos no es buena. Según las normas dictadas por el Banco de España, se consideran deudores morosos «los descuentos, créditos o avales que están en mora noventa días después de la fecha de su vencimiento.El 50% de los morosos -a noventa días después del vencimiento- se convierten en fallidos definitivos. En medios bancarios se estima, de acuerdo con la experiencia, que las regularizaciones bancarias deben ser calificadas, en muchos casos, como amortizaciones de fallidos. El otro 50% restante de morosos no fallidos se recupera, aunque con cierta demora. De ellos, el 25% paga la deuda entre seis y ocho meses después del vencimiento, mientras que el otro 25% lo suele hacer en varios años. Las cifras estimadas sitúan la morosidad, en mayo de 1979, en 150.000 millones de pesetas; en diciembre de 1979, en 175.000 millones, y tres meses después, marzo de 1980, en 180.000 millones.

Estas cifras suponen aproximadamente un 3 % de la inversión bancaria total, que en pólizas, créditos y descuentos al sector privado suman 6.227.000 millones de pesetas. En Estados Unidos, donde las normas de información bancaria son más amplias, tanto por exigencias de la Bolsa como de la Reserva Federal, se considera como normal un porcentaje de morosidad que oscila entre el 1% y el 1,5% del total de la inversión bancaria.

Hace poco más de un año, la circular 157 del Banco de España estableció unas normas mínimas exigibles sobre cobertura de los saldos morosos, en función del tiempo de permanencia de esos saldos, entendiendo que ello constituía un factor claro de aumento del riesgo de insolvencia. Sin embargo, recomendaba también la constitución de provisiones en cuantía superior, a tenor del conocimiento y evaluación de cada riesgo concreto. Aunque fueron normas de carácter mínimo, medios bancarios estiman que ya están surtiendo efecto. Las provisiones específicas para insolvencia en marzo de 1980 se situaron, para los siete grandes de la banca privada (Banesto, Central, Hispano, Bilbao, Santander, Vizcaya y Popular), en 27.000 millones de pesetas, y para el resto de la banca, en 21.000 millones de pesetas. El total de provisiones de fondos Fara cubrir morosos -48.000 millones- representa una cobertura específica en marzo de 1980 del 27% sobre la morosidad total. El porcentaje de cobertura era del 25% sobre la de diciembre de 1979, y sólo del 17 % sobre la de mayo de 1979

Deterioro del activo bancario

Los expertos bancarios consultados opinan que las provisiones deberían doblarse en tiempos de crisis, como los que vivimos, ya que, además el deterioro del activo bancario en España es bastante mayor de lo que se pensaba y muchos más de lo que marcan las cifras hechas públicas por la banca.En este sentido, dichos medios piensan que, a la luz de los datos confidenciales que proporciona el Banco de España a la banca privada, un 30%, aproximadamente, de los resultados publicados como beneficios no deberían haberse publicado como tales. Esta situación podría obligar al Banco de España a dictar en breve plazo normas complementarias sobre información bancaria, siguiendo los pasos de la Reserva Federal norteamericana. Las exigencias de información e inspección para la banca suelen ser mayores en tiempos de crisis que en los de euforia. A este respecto, conviene recordar que el porcentaje de fallidos en los alegres años de la expansión era casi tres veces inferior al actual.

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