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Alivio, aunque no solución, para el problema turistico

Iniciado el mes de agosto, desde siempre culminación vacacional y veraniega, las informaciones sobre el movimiento turístico, tan pesimistas desde últimos de junio y primeras semanas de julio, adquieren tintes, siquiera ligeros, de optimismo.(...)Por lo que a Cataluña respecta, se ha iniciado también estos días la llegada de numerosos grupos turísticos germanos, consecuencia de gestiones realizadas in situ por responsables de la Generalidad en el sector.(...)

La catástrofe no se ha producido, pero que las cosas se hayan enderezado, por lo menos parcialmente, no debe impelir a un olvido de que la crisis persiste potencialníente y que si, como dice el refrán, una golondrina no hace verano, uno a varios miles de turistas tampoco alteran sustancialmente -aunque signifiquen un alivio- el fondo de la cuestión. (...)

Acostumbrados a la corriente masiva de los «años dorados» es comprensible que cuantos se mueven y trabajan en el negocio turístico no acierten a acomodarse a las nuevas circunstancias. Estas pueden encontrar -como ocurre ahora- momentáneos alivios, pero no sustanciales soluciones. Porque las soluciones propiamente dichas sólo podrían eventualmente venir con un replanteamiento de la oferta y una promoción que alterara las relaciones de ésta con las grandes centrales de los tour operators acostumbradas a las baraturas del producto. Porque el sol y la arena como únicos productos ya no son vendibles.

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