Benayas solicitó al juez que investigara la Caja Postal de Ahorros de Segovia
Jorge Rafael Benayas Manzanares, el objetor de conciencia de veintidós años que, según la versión oficial, se suicidó el pasado jueves en la cárcel de Segovia, remitió días antes de su muerte una declaración jurada al juez encargado del sumario, señor Gómez Pantoja, en la que denuncia, una serie de delitos supuestamente cometidos por directivos y funcionarios de la Caja Postal de Ahorros de Segovia y un importante banco de esta misma provincia.
Jorge Benayas permanecía encarcelado en espera de procesamiento y posterior juicio, como presunto autor de un desfalco a la caja postal segoviana de treinta millones de pesetas. Además de declararse inocente y de dar los nombres y apellidos de los, a su juicio, culpables, Benayas solicitó al juez la apertura de un sumario contra estos directivos, así como la realización de una auditoría del Estado para clarificar lo que él calificó como «una gestión financiera totalmente corrupta». En la mencionada declaración, de la que EL PAÍS posee una copia, Jorge Benayas denuncia, en primer lugar, una operación fraudulenta supuestamente realizada por dos directivos de la caja y de una entidad bancaria (de cuya identidad Benayas hace mención en su declaración jurada), según la cual un alto cargo de la caja abrió en su día una cuenta corriente a la vista en un banco de Segovia por un total de veinticinco millones de pesetas, puesta a nombre de la delegación de la Caja Postal de Ahorros de Segovia, al interés habitual del 1%.
Sin embargo, Benayas declara que existió un acuerdo secreto entre el citado alto cargo y, otro de la entidad bancaria donde depositó la cuenta, para percibir un interés del 15 %, y, en caso de que descendiera la cuenta, el citado alto cargo pagaría al banco un 2% de los veinticinco millones, e incluso si se producían descubiertos en la cuenta en cuestión (números rojos), el interés que debería abonar sería del 17 %.
Esta operación, tipificada como un delito grave, fue conocida por Benayas por declaración del mismo alto cargo, por declaraciones de los funcionarios (término que utiliza Benayas) de la entidad bancaria y por la lectura ocasional de dos cartas dirigidas al directivo de la caja por el director del banco receptor en la fecha de apertura de la cuenta, en las que se enumeraban las «condiciones secretas» de la operación. Tales cartas obran en poder del directivo de la caja, que se las llevó a su lugar de veraneo, según Benayas.
Para Benayas, que no posee más prueba del fraude que su conocimiento de ello, una posible vía de esclarecimiento podría ser el interrogatorio de los empleados del banco, así como la de los directamente implicados.
Supuesta corrupción en la compra del local
También denuncia Benayas la compra de unos locales para la caja postal en extrañas condiciones, ya que se pagó, según él, mucho más dinero del que podía haberse abonado, porque la constructora de dicho local donó un piso-vivienda en Segovia al mismo directivo de la caja implicado en el caso anterior y que además esta constructora le eximió del pago de una deuda contraída por la compra previa de unos terrenos.
«lgualmente», dice textualmente Benayas, «tengo conocimiento de la entrega de ciertas cantidades en efectivo a funcionarios de la junta de compras de la Caja Central por la empresa constructora y de la donación a uno de en los de una vivienda en San Rafael (Segovia)».
Otro de los temas denunciados es la contratación de préstamos y su supuesta concesión irregular por parte de la caja postal, así como de la condonación y pérdida de los pagos de numerosos préstamos sin que la caja postal haya ejercido los medios legales usuales para su cobro. Para Benayas, este extremo es fácilmente comprobable en caso de investigación judicial o de auditoría.
Lo que Benayas señala como «la partida más importante de corrupción en la caja postal» es el hecho, también denunciado al juez, de la duplicación de plusvalía o rentas anuales de capital mediante la utilización de extratipos bancarios. Sobre este hecho, Benayas da todo tipo de detalles al juez Gómez Pantoja.
Finalmente, y entre otros delitos de menor importancia, el recluso de denunció asimismo los certificados de depósito, en los que la irregularidad más notable es la «existencia de numerosos de ellos concedidos en blanco». «Este tipo de certificados de depósito en blanco es muy utilizado», dice en la declaración, «por los funcionarios de los cuerpos superiores de Correos, que solicitan un crédito le interés preferente del 6% y lo invierten en un certificado de depósito en blanco al 13% o 15% en la propia caja».
Tras una minuciosa descripción de muchas actividades fraudulentas supuestamente realizadas por la Caja Postal de Ahorros de Segovia, Benayas termina su escrito pidiendo el decreto de una auditoria y un embargo inmediato de documentación de caja y, Correos, a fin de aclarar las responsabilidades que hubiera lugar.
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