El Ayuntamiento de SaIamanca, decidido a evitar el deterioro monumental de la ciudad

Tales criterios no suponen un nuevo planeamiento de la ciudad, sino una proclamación pública de la forma en que el ayuntamiento interpreta los planes vigentes. Junto a un mayor rigor urbanístico, de esta manera se pretende que todos los sectores interesados conozcan la línea de actuación municipal, evitando suspicacias anteriores respecto a la forma de concesión de alturas y volúmenes, producto de una oscura, y a veces indescifrable, decisión administratíva.Por eso, aquellos criterios, recibidos favorablemente en diversos sectores de la ciudad, han sído acogidos en otros con reticencias. Los constructores, dado el carácter restrictivo de los mismos respecto a la costumbre anterior, han encargado a un catedrático de la facultad de Derecho el estudio de un recurso contra el acuerdo municipal. Evidentemente, el ayuntamiento se propone modificar y reducir de forma significativa los volúmenes de edificabilidad y, en determinadas zonas de la ciudad, hasta las alineaciones y parcelaciones.

En el lado opuesto, algunas asociaciones de vecinos han pedido la supresión del período transitorio de seis meses establecido por el ayuntamiento para que quienes hayan iniciado trámites de construcción puedan presentar proyectos acordes con los criterios anteriores. En este mismo sentido se pronunció el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, pero la corporación municipal no ha querido chocar con aquellas personas que pudieran sentirse especialmente perjudicadas por el giro producido en la interpretación de la misma legalidad.

El desbarajuste como norma

La confusión de las normas vigentes, la superposición de unos planes sobre otros y la arbitrariedad en la aplicación de algunos criterios han presidido la actuación en materia urbanística en Salamanca durante los últimos años. Se han aplicado planes parciales cuyos proyectos, encargados por el ayuntamiento, no fueron aprobados por la corporación ni por el Ministerio de la Vivienda. Ello ha ido en detrimento de las dotaciones institucionales y los servicios de las zonas correspondientes, pues los constructores, que sí edificaron conforme a esos planes, se negaron, cuando les llegó el caso, a reservar el suelo previsto para tales fines.En el barrio universitario, la zona más monumental de la ciudad, pendiente de la aprobación de un plan piloto, existen hasta tres planes superpuestos. Cuando se producía algún problema de interpretación «se aplicaba el que más beneficiaba a quien iba a construir», ha explicado el concejal presidente de la comisión municipal de Urbanismo, Juan José Melero. Además existían normas, como alguna relativa al cómputo de volúmenes, que no se aplicaban y que los propios técnicos municipales desconocían hasta hace pocas fechas.

Quizá pueda entenderse así que un colegio nacional de EGB esté construido sobre el terreno destinado a una plaza pública, que una parroquia se encuentre sobre lo que debía ser calle o que un colegio privado ocupe una parcela de uso industrial. Todo esto, con nombres concretos, Io denunció en su día la asociación de vecinos del barrio Garrido, el más populoso de la ciudad. Ya entonces el ayuntamiento habla adoptado una serie de precauciones.

La adertencia había llegado a través del colegio de arquitectos de Salamanca, que se negó a visar el proyecto de un edificio porque. contemplaba tres plantas más -ocho en lugar de cinco- que las autorizadas en los planes vigentes. A partir de entonces el ayuntamiento suspendió la concesión de licencias de obras y acometió una tarea de clarificación en materia urbanística. El entonces visador del colegio de arquitectos es en la actualidad arquitecto municipal, y ha colaborado en buena medida a elaborar los nuevos criterios de interpretación del planeamiento vigente.

El ayuntamiento trató de fijar unas normas de actuación en este campo hasta la aprobación del nuevo plan general, actualmente en ejecución. Durante varios meses, el Colegio de Arquitectos, el equipo redactor del plan general, los servicios jurídicos del ayuntamiento y sendas representacíones del MOPU y de la asociación empresarial de I.a construcciéri discutieron diversas propuestas. La Comisión Municipal de Urbanismo consultó la definitiva con la Dirección General de Acción Territorial y Urbanismo y el pleno de la corporación la aprobó.

Los nuevos criterios urbanisticos vigentes en Salamanca declaran, dentro de todo el casco urbano, la supremacía sobre cualquier otra norma del articulo 73 de la ley del Suelo, el cual establece que «las construcciones en lugares ínmediatos o que formen parte de un grupo de edificios de carácter histórico, artístico, arqueológico, típico o tradicional habrán de armonizar con el mismo». Pero, por vez primera, este artículo se va a aplicar segun una interpretación no sólo arquitectónica, sino támbién urbanística.

De acuerdo con lo establecido por el ayuntamiento, en el recinto universitario, cuando se trate de sustituir algún edificio, no sólo se exigirá que la nueva fachada armonice con el resto de las edificaciones, sino también que las alincaciones, la parcelación, el aprovechamiento y los usos encajen en el tejido urbano tradicional. Por este motivo, las,nuevas edificaciones deberán acomodarse en alturas, volúmenes y demás aspectos a las preexistentes.

En el resto del casco urbano, donde las construcciones recientes han sido muy numerosas, los criterios serán menos estrictos, aunque la permisividad edificatoria no podrá igualar en ningún caso la que se ha ejercido durante los últimos años. Se establecerán alturas medias entre los nuevos edificio y los tradicionales y el ayuntamiento confeccionará, en breve, un plano de alineaciones que zanjará cualquier discusión administrativa en este terreno.

Volúmenes más bajos

Los criterios aprobados por la corporacion salmantina afectan, además del casco urbano, a todos los barrios de la ciudad. La zona de ensanche ha sido estudiada en función de la vigencia de planes parciales -en estas áreas se respeta el planeamiento previsto por aquéllos- y del grado de consolidación de las nuevas edif'icaciones. En las áreas en que éstas son escasas se ha establecido un volumen de 4,5 metros cúbicos por metro cuadrado, que equivále a la medida de lo previsto por el plan general.Entre los aspectos más significativos de la nueva interpretación municipal se encuentra la forma de computar los volúmenes. Hasta ahora se realizaba en función del solar edificable prolongado hasta el semieje de las calles colindantes. A partir de ahora, la medición se efectuárá por manzana neta, lo que equivale a restringir de manera considerable los volúmenes de edificabilidad al reducir la superficie sobre la que se aplícan los indices previstos.

No obstante, durante un período transitorio -de tres meses para las informaciones previas -y otros tres meses para la presentación del proyecto-, las mediciones se harán hasta el semieje de las calles, pero no por solares, sino por manzanas, a fin de equilibrar los volúmenes de cada una de éstas sin primar a las esquinas sqbre el resto.

El estudio aprobado por el ayuntamiento contempla también algunas zonas especiales, en las que el criterio general vuelve a incidir en la disminución de los volúmenes de edificabilidad, para que el nuevo plan general, cuyos primeros trámites de aprobación están previstos entre finales del presente año y junio de 1981, sea acogido favorablemente y llegue a tiempo de ordenar una ciudad que, al menos en los últimos meses, no se haya deteriorado más de lo que ya lo ha hecho en los últimos años.

El Ayuntamiento de Salamanca ha acometido la edición de un volumen que recoge los nuevos criterios de «interpretación del régimen de planeamiento vigente», que será distribuido a todos los interesados: arquitectos, constructores, asociaciones de vecinos, entre otros.

La solución aportada por el ayuntamiento salmantino también ha suscitado interés en otros municipios. Desde varias capitales de provincia se ha requerido información al respecto.