Mercado Común: falta claridad

A excepción de Francia, cuya postura al respecto es de sobra conocida por todos, el resto de los países miembros del Mercado Común tratan el futuro ingreso de España en la Comunidad con un reguero de buenas palabras, que, en realidad, no es sino un sinónimo de ambigüedad. La quinta reunión España-CEE a nivel ministerial, celebrada el pasado lunes en Bruselas, tampoco ha sido una excepción en este sentido. Siendo, como es, una vieja costumbre en estos círculos, probablemente el lenguaje ambiguo no hubiera despertado excesivo interés en condiciones normales, pero la «pausa» giscardiana hecha pública a primeros del pasado mes de junio despertó preocupaciones, protestas y cierto grado de suspicacia en nuestro país. ( ... )Ha sido precisamente esta carencia de concreciones la que ha permitido a España y Francia interpretaciones prácticamente opuestas del comunicado comunitario. Naturalmente, en las interpretacíones, cada cual ha barrido para su casa, resaltando aquellos puntos que podían en codtrar un sentido favorable en cada caso. Es probable que la misma ambigüedad del comunicado estuviese destinada precisamente a contentar a todos, sin comprometer nada. En tal caso serán los próximos meses los que se encargarán de inclinarse en uno u otro sentidó, si bien es cierto que, dadas las circunstancias, nada parece in dicar que las intenciones y exigencias españolas vayan a ser precisamente las más favorecidas.(...)

24 de julio