El ayuntamiento califica al proyecto de Valcotos como el destrozo ecológico del valle
El valle alto del Lozoya tiene un indudable atractivo turístico, y lo demuestra que Rascafría sea el lugar elegido para realizar una de las operaciones inmobiliarias (especulativas, añade la actual corporación de izquierdas) más ambiciosas de la provincia de Madrid: en el enclave de Valcotos se pretende construir una enorme urbanización de ochocientos chalés, y el proyecto ya ha superado todos los obstáculos importantes, incluida la aprobación preceptiva del Consejo de Estado. La última valla que tienen que saltar sus promotores es precisamente la negativa rotunda a destrozar la fisonomía del municipio que esgrime el ayuntamiento.Nos encontramos de nuevo aquí con la vieja disyuntiva de turismo bulldozer y turismo de paso. La construcción de esos chalés implica un cambio en la propiedad de la tierra, y en su función, que de ser zona de pastos o forestal pasará sólo a soporte de edificios. El ayuntamiento planteará en septiembre u octubre la idea de reconvertir el proyecto en el sentido de permitir la construcción de uno o varios albergues u hoteles, que exigen menos espacio físico y permiten una rotación de visitantes, que a la larga es mayor negocio para todos menos, tal vez, pira los promotores, que prefieren un rendimiento rápido a su inversión.
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