Sobre la asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional
En los últimos días se ha venido discutiendo en la Prensa la posibilidad de que España recurra a solicitar un préstamo de¡ Fondo Monetario Internacional para reforzar la posición de su balanza de pagos. En el curso de esta discusión se han emitido diversas opiniones sobre la «condicionalidad» implicita en una operación con el Fondo Monetario Internacional. Por ejemplo, La Vanguardia del 16 de junio decía: «Para nadie es un secreto que en las actuales circunstancias recurrir a solicitar un crédito por valor de 2.000 millones de dólares del Fondo Monetario, Internacional significaría plegarse a todas las condiciones de recesión económica que se impusieran. Y en la situación actual, con casi 1.500.000 parados, significaría acrecentar este número en varios cientos de miles más, y sin ver aún la salida del túnel». Como es sabido, yo trabajé en el Fondo Monetario Internacional durante diez años, cinco de los cuales, desempeñando la posición de jefe de división, y el último, de consejero. En estas posiciones participé en doce misiones. de negociación de préstamos del Fondo Monetario Internacional, en varias de las cuales fui el jefe de misión. Con el conocimiento y la autoridad que me proporciona esta experiencia creo que estoy en la obligación de decir, primero, que opiniones como las citadas anteriormente son totalmente erróneas, y segundo, explicar en qué se basa de verdad una operación de préstamo con el Fondo Monetario Internacional para que la opinión pública sepa con certeza por dónde van los tiros. Por tanto, este artículo se basa total y exclusivamente en mi experiencia personal y no puede ser interpretado de ninguna manera como reflejo de las opiniones de la AEB, a la cual sirvo desde marzo en calidad de asesor económico.Antes de pasar a considerar directamente la «condicionalidad» de las operaciones de préstamo del Fondo Monetario Internacional es necesario definir cuáles son los países que recurren al financiamiento de esta institución. Los «clientes» del Fondo Monetario Intemacional son países que sufren un déficit en su balanza de pagos, déficit que puede surgir de dos causas: o de un exceso de gasto en relación con los recursos del país, o de que, durante un período de aceleración del crecimiento, la generación de recursos se produce con un retraso con respecto a la manifestación del gasto, especialmente de inversión. El denominador común de ambas situaciones es un déficit de balanza por cuenta corriente que no puede ser financiado por los flujos autónomos de capital, y que, por tanto, resulta en un endeudamiento externo excesivo o en una pérdida de reservas internacionales que socava la posición de solvencia internacional del país. Esto es el porqué de la asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional. En este sentido conviene aclarar que, a diferencia del financiamiento ex temo para los sectores público y privado, que entra a través de la cuenta de capital de largo o de corto plazo, la asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional no influye sobre la posición neta de reservas internacionales. Esto quiere decir que un préstamo del FMI no pasa por el mercado de divisas y no presiona al alza la cotización del tipo de cambio, a no ser que sea usado por el banco central para intervenir en dicho mercado.
¿En qué consiste entonces la famosa «condicionalidad»? La «condicionalidad» del Fondo Monetario Internacional se apoya en dos pilares: el primero es que el país que solicita sus recursos tenla un programa de actuación económica y financiera. El segundo es que este programa ofrezca una perspectiva razonable de que el déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos se puede reducir a un nivel que sea sostenible por los flujos autónomos de capital; es decir, que se contenga la pérdida de reservas internacionales.
El programa básico necesario
El significado de las consideraciones anteriores es que el Fondo Monetario Internacional no determina la cantidad de recursos de que dispone un país en un momento dado. Esta determinación surge de dos puntos: el ahorro interno y el ahorro externo. El primero es nada más que la diferencia entre el ingreso y el consumo, y las posibilidades de elevarlo dependen, por tanto, de la capacidad que tiene un país de aumentar su producción o de reducir su consumo . Las posibilidades de aumentar el ahorro externo, que en términos macroeconómicos es igual al déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos, dependen de lo capaz que sea el país para atraer inversión directa extranjera y de su solvencia internacional para captar préstamos de largo plazo. Por tanto, un programa que sirva de apoyo para un préstamo del Fondo Monetario Internacional tiene que ir dirigido a estos puntos, y la «condicionalidad» del Fondo Monetario Internacional será función directa de la seguridad que ofrezca el programa de eliminar el exceso en el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos.
Pero, como decía antes, el Fondo Monetario Internacional ofrece fundamentalmente dos tipos de ayuda financiera distintos. Uno, que es el más conocido, es el que se ha denominado crédito de stand-by, que se destina, a apoyar la correción de problemas de balanza de pagos de tipo coyuntural. El otro, que se conoce como facilidad ampliada, es el que se destina a apoyarla corrección de problemas estructurales mediante la introducción de, un programa económico cuyos objetivos sean la expansión del ahorro y de la inversión, y, por ende, una aceleración de la tasa de crecimiento del PIB. Dado el tipo de problema estructural de la balanza de pagos de España -caracterizado por un déficit en cuenta corriente que se produce simultáneamente con crecimiento cero del PIB y un paro creciente-, si se piensa en la posibilidad de recurrir a la asistencia financiera del Fondo Monetario Intemacional, lo que deberiamos buscar es un programa de facilidad ampliada. La cuestión básica es si el país cuenta con un programa económico y financiero que permita abrigar una esperanza razonable de corregir los desequilibrios fundamentales.
En conclusión, lo que no se puede perder de vista es que el tipo de desequilibrio de la balanza de pagos española no es sostenible a medio ni largo plazo. Por tanto, en algún momento será necesario introducir un programa económico capaz de corregir esos desequilibrios, con o sin ayuda del Fondo. Mi experiencia me permite afirmar que estos programas suelen tener efectos más suaves cuando se hacen con el apoyo del Fondo Monetario Internacional, aunque sólo sea porque esto permite contar con los recursos de dicha institución. Mi experiencia también me permite afirmar que cuanto más se demora la aplicación de un programa para corregir los desequilibrios, con o sin el apoyo del Fondo Monetario Internacional, el ajuste requerido es tanto más doloroso.
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