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La presencia de "ertzainas" en el interior del Parlamento vasco provocó la protesta de los diputados de izquierda

Una tensa situación volvió a vivirse ayer en el Parlamento vasco cuando por espacio de casi dos horas la sesión de la mañana estuvo suspendida mientras la Junta de Portavoces, reunida con urgencia, buscaba una salida al conflicto provocado por la protesta de los grupos socialistas, mixto y de Euskadiko Ezkerra ante la presencia de una treintena de personas que desde el comienzo del pleno, el miércoles, han realizado con notable rigurosidad funciones de seguridad en el interior de la Diputación de Vizcaya, sede provincial de la cámara. Los citados grupos llegaron a pedir la retirada de aquellas personas del edificio por considerar que formaban parte de los servicios de orden del PNV (ertzainas) e incluso el PSOE amenazó con abandonar sus escaños si aquella exigencia no era atendida.

Momentos después de iniciarse la sesión de la mañana tomó la palabra el diputado socialista Juan Manuel Eguiagaray, para una cuestión de orden. Pidió éste al presidente de la cámara que le informara sobre la identidad de las personas que en el interior del palacio foral realizaban tareas propias de un servicio de seguridad, «porque mi grupo», dijo, «tiene la creencia que se trata de miembros del servicio del orden del PNV o ertzainas y no podemos permitir que el cuerpo de seguridad de un partido haga de policía en unas instituciones públicas, como el Parlamento, porque de ser así todos los grupos tendríamos derecho a tener aquí a representantes de nuestros servicios de seguridad. Por tanto pedimos: ¡Que se vayan! ».Venía a recoger el diputado socialista el malestar producido entre los parlamentarios de oposición, sus invitados, personal a su servicio e informadores, por el control riguroso y constante a que fueron sometidos una treintena de personas de paisano -a los que todos identificaron desde el primer momento como ertzainas- a lo largo de la sesión del miércoles.

A la intervención del diputado Juan Manuel Eguiagaray respondió el presidente de la cámara indicando que personalmente no le contaba en absoluto que aquellas personas mencionadas fueran ertzainas. Recordó el señor Pujana cómo con el visto bueno de la Junta de Portavoces, «esta presidencia solicitó de Consejería del Interior un equipo de personas que asegurara el funcionamiento del pleno, y éstos son los servicios ofrecidos».

A la actitud de protesta del PSOE se sumaron los grupos mixtos y de Euskadiko Ezkerra. Consideraban todos insuficientes las explicaciones y eran partidarios de que el servicio de seguridad -que seguían identificando como perteneciente al PNV- abandonara el edificio.

Había "ertzainas"

Tras momentos en que la discusión alcanzó un grado de máxima tensión, el grupo socialista, que momentos antes había amenazado con abandonar los escaños si aquella exigencia no se atendía, solicitó, para buscar una fórmula de solución al conflicto, se reuniera urgentemente la Junta de Portavoces. En este período de tiempo EL PAIS pudo saber que el grupo, cuya retirada solicitaba la oposición, estaba integrado por las personas encargadas de la seguridad personal y chóferes de los presidentes del Gobierno y Parlamento vasco y diputados generales de Alava y Vizcaya y algunos consejeros. Junto a ellos habría también algunos conocidos ertzainas del PNV.La larga reunión de la Junta de Portavoces resultó infructuosa. Mientras los grupos de la oposición, algo más flexibles, consideraban que el equipo de seguridad debía cuando menos desaparecer de la planta donde está instalada la sala de plenos, el presidente del Parlamento mantenía su postura de no retirarlo. Tampoco sirvió la intervención en la citada reunión de Carlos Garaikoetxea, que informó («de una manera muy vaga», según el portavoz socialista) sobre el origen y funciones del controvertido cuerpo.

Reanudada la sesión a la una de la tarde, nuevamente los grupos mantuvieron su protesta por la falta de flexibilidad de la presidencia al mantener el servicio de seguridad en sus puestos. «Señores diputados», diría el socialista Juan Manuel Eguiagaray, « estamos llegando a un momento difícil, y hay que decirlo: este Parlamento se está convirtiendo en un batzoki (centro social peneuvista). Estamos en plena disconformidad con el criterio de la presidencia, pero, sin embargo, vamos a aceptarlo por respeto a las instituciones». Idéntica actitud mostrarían los grupos comunista y de Euskadiko Ezkerra.

En defensa de Juan José Pujana saldría el portavoz del grupo nacionalista, Emilio Guevara, quien afirmó que «desde el primer momento en que el Gobierno con acreditación legal, por encargo del presidente del Parlamento, y el visto bueno de la Junta de Portavoces, encarga a unas personas realizar una misión, éstas no pueden considerarse miembros de un servicio de orden de un partido, sino del propio Gobierno».

Los representantes de UCD y AP, en sus intervenciones, mostraron su opinión de que mientras no exista una policía autónoma en marcha, el Ejecutivo y el Parlamento debieran de contar con los servicios de seguridad del Estado para salvaguardar el funcionamiento de las instituciones.

Debate sobre el paro

A primera hora de la tarde, el Pleno debatió el tema del paro. El dictamen del grupo de nacionalistas vascos, duramente criticado por los restantes grupos de izquierda, por considerarlo insuficiente y propio de una simple declaración de principios, decía: «El Parlamento vasco, considerando que el problema del paro, en su doble aspecto de conservación de los puestos de trabajo y disminución del empleo, es cuestión prioritaria en el actual momento económico y social de Euskadi, insta al Gobierno vasco para que, dentro de las competencias que actualmente posee o las que pueda asumir en el futuro, instrumente un programa de medidas destinadas al citado objetivo».Como contrapartida a este texto, el partido socialista presentó una larga proposición no de ley, a la que se sumaría Euskadiko Ezkerra y PCE, en la que expuso medidas muy concretas para combatir el problema del paro (véase EL PAIS del día 16). En la lectura del texto, el representante socialista, Ramón Jáuregui, formuló duras críticas al PNV por el no tratamiento a fondo del problema del paro. Los nacionalistas vascos, a pesar de que su representante, Ormazábal, dijo que la exposición socialista había supuesto un lanzamiento de «dardos envenenados contra nuestro grupo», reconsideraron su postura.

Tras dos horas de discusión, la mesa de la presidencia pidió un receso al Pleno, a fin de que la Junta de Portavoces pudiera deliberar y llegar a un acuerdo. El mencionado organismo decidió retirar los votos particulares y el dictamen en relación con el paro, a fin de que vuelva el tema a la Comisión de Trabajo y Bienestar Social, para que se estudie, discuta y, elabore un nuevo dictamen sobre medidas contra el paro que ha de presentar el Gobierno. En este sentido se acordó que se tendrían en cuenta las proposiciones que presenten todos los grupos parlamentarios y las que ya están presentadas.

En el momento de redactar esta información, la Cámara debatía un dictamen de la Comisión de Trabajo y Bienestar Social sobre las proposiciones no de ley presentadas por el Grupo Socialista, Euskadiko Ezkerra y comunistas en relación a la ley básica de Empleo.

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