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La actual legislación, un freno a la enseñanza progresista

Con la actuación de la charanga Girasol y grupos de teatro y pantomina se cerraron ayer las jornadas de la V Escuela de Verano, que, organizadas por Acción Educativa, se han venido celebrando entre los días 2 y 11 de julio en la facultad de Filosofía, de la Universidad Autónoma de Madrid. Cerca de 2.000 enseñantes, quinientos más que el pasado curso, han seguido este año las clases de la Escuela de Verano, que continúa fiel a sus principios de lucha por una escuela activa, integrada en el medio social, y naturalmente pública.

La mayoría de los participantes procedían de escuelas más o menos progresistas de la provincia de Madrid, con largos años de experiencia y muchas dificultades vencidas a sus espaldas. La Escuela de Verano ha contado este año además con la presencia de dos profesores italianos, Francesco Tonucci y Fiorenzo Alfieri, que han resumido para sus colegas españoles las interesantes experiencias escolares realizadas en Turín, en colaboración con el ayuntamiento de la ciudad.«El tema general de este año ha estado centrado en la renovación pedagógica y los problemas de regresión que pueden plantear algunos de los aspectos del desarrollo legislativo del artículo 27 de la Constitución». Aurora Ruiz, coordinadora del tema general, es portavoz también de una inquietud bastante generalizada entre los enseñantes respecto a las repercusiones negativas del Estatuto de Centros Escolares, la ley de Financiación y los proyectos de formación del profesorado. Sobre este mismo tema se organizó una mesa redonda, a la que no asistieron los representantes de Unión de Centro Democrático y del Partido de los Trabajadores de España.

El tema general se abordó bajo diferentes aspectos, que han incluido, por ejemplo, el estudio de la importancia que el municipio reviste en la transformación de la escuela. Una primera conclusión de los participantes en este cursillo sería precisamente la de reconocer el absoluto desconocimiento que existe sobre las actividades que son competencia de los ayuntamientos y en realidad sobre las que podrían realizar en colaboración con las escuelas. En este sentido, el ejemplo de lo conseguido en las escuelas de Turin ha sido tomado casi como un modelo ideal de conducta de los municipios.

Otro de los aspectos debatidos ha sido el desarrollado por Helena María Juárez, sobre La formación del profesorado en una escuela renovadora, estrechamente relacionado con el papel de El alumno como sujeto principal del proceso educativo, que estuvo coordinado por Luisa Rossier y Miguel Rivera. En ambos casos se han recogido las opiniones de una pequeña muestra estadística de alumnos y padres de las asociaciones de padres de alumnos. En lo que respecta a la opinión del alumnado sobre la escuela actual, y siempre sobre la base de 400 encuestas recogidas en diferentes centros de enseñanza, éste encuentra que el sistema educativo imperante falta desde su misma base, «no crea actitudes ni una atracción por los estudios». En lo que se refiere al contenido de la enseñanza que se les imparte, los estudiantes piensan que «la escuela se encuentra perdida dentro de una marejada de conocimientos abstractos, inútiles, parciales y de dudosa objetividad. Con este peso, la escuela no puede retomar una orientación vitalista». Las relaciones de autoridad en la escuela ha sido otro de los aspectos debatidos a cargo de José María Sánchez, cuyas conclusiones mas evidentes serían la de reivindicar la necesidad de una autoridad en la escuela, no coercitiva ni represora, sino destinada a favorecer el crecimiento personal de los alumnos. Para ello, el profesor tiene que evitar ocupar el papel de padre o madre, para ser simplemente un adulto autónomo desde el punto de vista afectivo.

Las áreas de expresión plástica y la música han merecido este año la atención de más de un 30% de los profesores matriculados en la V Escuela de Verano. «Debido, supongo, a una presión popular y a un interés creciente por las posibilidades que el arte fuera de las normas académicas ofrece». Carlos Herans, que ha dirigido el cursillo sobre iniciación a la pantomima, partiendo de sus experiencias de ocho años de trabajo con escolares, resume la importancia de este área en la escuela, a partir de la posibilidad que ofrece de madurar en los aspectos más sensibles, emotivos y proyectivos la personalidad infantil. Lejos de las normativas y el rigor de la antigua enseñanza de una técnica, la pintura, la música o los trabajos de cerámica y las propias representaciones teatrales, «se usan hoy para que el niño tenga la posibilidad de proyectar un mundo interior que no es verbalizable, rompiendo así muchos bloqueos de comunicación».

Dentro de los temas monográficos, uno de los que más interés ha despertado, abordado ya en anteriores ediciones de la Escuela de Verano, ha sido el de la sexualidad en la escuela, planteado por Agustín Arbesu. Algunas de las conclusiones esenciales del cursillo se resumen en la constatación de que la educación sexual, especialmente en la primera etapa de la vida del niño, que es la esencial, no es una educación verbal, sino que pasa por el aprendizaje de la conducta de los mayores. «En este sentido, y dado que los adultos carecemos de una educación sana , cabría preguntarse -puntualiza Agustín Arbesu- sí es posible formar una sexualidad sana en los niños. Para mí la respuesta es afirmativa, en tanto en cuanto seamos capaces de reformar nuestra propia conducta sexual».

El equipo de acción educativa espera tener listas para el próximo mes de septiembre las conclusiones extraídas de estos nueve días de intercambio de experiencias entre profesores, donde se han puesto en cuestión todos los aspectos más problemáticos de la escuela como institución y sus posibilidades de cambio.

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