El Parlamento Europeo, a favor de la ampliación de la CEE
La presidenta del Parlamento Europeo, Simone Veil, en una conferencia de prensa que cerró los trabajos parlamentarios y con la que celebró el primer aniversario del Parlamento Europeo elegido por sufragio directo, se manifestó en favor de la ampliación del Mercado Común a pesar de los problemas internos de la CEE. Al mismo tiempo lanzó una alerta solemne en favor de una Europa que es menester reinventar.
La última sesión del primer año de existencia de¡ Parlamento Europeo (que aprobó, tras seis meses de crisis, el presupuesto de 92.000 millones de francos de la CEE) también dejó como huella el tema que agita a Europa desde hace más de un mes: la ampliación comunitaria, puesta en tela de juicio por el presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing. La señora Veil estimó que es cierto que la Comunidad tiene problemas serios internos, pero ello no debe justificar el retraso de la negociación de ampliación con España y Portugal.
Veinticuatro horas antes, ante el hemiciclo, el nuevo presidente del Consejo de Ministros de Bruselas, Gaston Thorn, había lanzado la pedrada al declarar: «Hay que respetar el ritmo de las negociaciones, aunque parezca temerario querer fijar una conclusión precisa para su realización antes del debate de fondo». Por su parte, un grupo de socialistas alemanes publicó una declaración en la que criticó severamente el «comportamiento poco europeo» de Giscard al solicitar un retraso de las negociaciones.
El meollo de esta conferencia de prensa, destinada a celebrar el primer cumpleaños del Parlamento, constituye para la presidenta, más que un grito de alarma, un auténtico SOS para salvar la construcción europea frente a los problemas actuales económicos, institucionales, políticos. Frente a los paños calientes que son, de hecho, los «grandes» discursos, la señora Veil se manifestó tajante: «Hay que pensar una nueva Europa. La cuestión fundamental consiste en saber si los europeos son capaces de imaginar un nuevo porvenir para Europa». Más aún: «Lo que hay que revisar es la concepción intrínseca de Europa. Y ese esfuerzo debe ser tan enorme como el que se realizó en los años que precedieron al Tratado de Roma y, en consecuencia, que aporte en profundidad cambios tan importantes como entonces».
Para «reinventar» a Europa, la presidenta pide que no sólo intervengan personalidades de os organismos comunitarios, sino otras gentes, periodistas incluidos, que han demostrado capacidad e imaginación.
Al enumerar, directa o indirectamente, los fracasos sucesivos europeos: ni unión europea, ni Europa social, ni Europa energética, ni Europa económica, ni Europa monetaria, todo ello prometido a lo largo del decenio de los años setenta, la señora Veil hizo sentir que la «Europa sólo económica» es el epicentro de todos los fracasos parciales. El entendimiento económico, vino a decir, no conduce fatalmente a la unión política. Ese presupuesto, en su opinión, debiera ser el eje de «la reflexión profunda» que pide a gritos la crisis actual europea.
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