Un parado por minuto
Un país que genera un parado por minuto, 62 cada hora, mil diarios, o 350.000 al año -que todas esas aproximaciones se han utilizado en las últimas semanas- es no sólo un país con una economía gravemente enferma, sino también un caldo de cultivo idóneo para la decepción política y la agresión social. (...)Por supuesto que entendemos que una política de saneamiento económico comporta una dolorosa carga de costes sociales. Nadie ignora que el precio de la crisis pasa por duras renuncias y graves riesgos. Pero es difícil aceptar que la carga sea tan insoportable y el precio tan inadmisible como para que puedan aceptarse ambos, con resignación y sin respuestas. (...)
Un parado por minuto puede ser la prueba más evidente de la incapacidad, el error y la incompetencia de unos hombres o unos programas. Pero es, por encima de todo. un grito desgarrado que debiera despertar las conciencias de quienes son responsables -y no precisamente ante Dios y ante la historia- de que un país pueda hundirse en la revolución social en la miseria económica o en la demagogia política, por falta de voluntad, imaginación y coraje de sus dirigentes.
5 de julio.
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