La lentitud del escrutinio boliviano hace temer una manipulación electoral
Tres días después de las elecciones generales bolivianas, el escrutinio oficial de votos no ha superado el 25% del censo. La extraordinaria lentitud del recuento, atribuida a un fallo total del sistema electrónico, preocupa en algunos medios políticos, que temen manipulaciones de los resultados al amparo de esta tardanza.
Los resultados oficiosos conocidos muestran pocas variaciones respecto de los que se hicieron públicos el lunes. Las más significativas son el ascenso del candidato centroderechista a la presidencia, Víctor Paz Estenssoro, y la ligera disminución del Partido Socialista-I. El nivel de abstención ronda el 23%, elevado si se considera que la ley electoral boliviana hace obligatorio el voto y que en algunos casos los abstencionistas pueden acabar en la cárcel.El líder de Unidad Democrática y Popular (UDP), Siles Zuazo, continúa netamente en cabeza, con un 33% de los votos. Al frente socialdemócrata le sigue el general Hugo Bánzer, jefe del partido ultraderechista Alianza Democrática Nacionalista (ADN), con un 19% de los votos. El portavoz y secretario privado del líder de ADN, Jenor Keiffer, desestimó ayer una petición formal de EL PAIS para conversar con Hugo Bánzer: «El general no concede entrevistas privadas a periódicos rojistas».
La variación más acusada es la de Víctor Paz Estenssoro, que comienza a recibir votos campesinos y cuya alianza, Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) sube de un 14% inicial a casi un 18%. Pese a perfilarse como el gran derrotado de estas elecciones, el líder centroderechista obtendrá presumiblemente un segundo puesto cuando se hagan públicos, -se calcula que dentro de dos semanas- los datos finales.
Los votos de Paz en el Congreso serán decisivos, en agosto, para la elección del presidente de Bolivia, y pueden inclinar la fórmula gubernamental hacia el centroizquierda, si presta su apoyo a UDP, o hacia la derecha si llega a un acuerdo con Banzer. Marcelo Quiroga anunció ayer ante un grupo de periodistas extranjeros que los votos socialistas no servirán para apoyar a ninguno de los candidatos presidenciales. El dirigente del Partido Socialista-I, la formación más netamente izquierdista de cuantas han concurrido a las elecciones y verdadera sorpresa por sus altos resultados, sugirió, sin embargo, que sus diputados podrían apoyar a Siles Zuazo en acaso extremo».
La Constitución boliviana fija que el presidente debe ser elegido por el Congreso, cuando no haya mayoría absoluta, entre los tres, candidatos más; votados. Al día síguiente de que Siles Zuazo apoyándose en sus resultados, reclamara para su partido la formación del Gobierno, fuentes militares muy bien situadas han dicho qtie «probablemente el Congreso tenga que inclinarse por un candidato que haya quedado en tercer o cuarto lugar. Alguno de los aspirantes más votados arrastran detrás muchos intereses», concluyó el jefe militar.
Las previsiones más extendidas sitúan a Paz Estenssoro en el segundo puesto, y al general Bánzer en el tercero. Las fuerzas armadas guardan un silencio absoluto sobre los resultados parciales de las elecciones. «No tengo nada que decir», afirmó ayer el indiscutible hombre ral Luis García Meza. En los días previos a las elecciones, los mandos tomaron públicamente posición contra los dirigentes de UDP y el PS-I, a cuyas formaciones acusan de «representar intereses antibolivianos» y «estar al servicio de ideologías inadmisibles y ajenas a Bolivia".
En las últimas horas se ha hecho mayor la cautela entre los candidatos mejor colocados para la presidencia. Los precedentes de 1978 y 1979, en que el voto rural modificó sustancialmente los resultados iniciales, parecen estar en el origen de la reserva creciente que se percibe en las filas de Paz, Bánzer y, sobre todo, Siles Zuazo. Esta especie de punto muerte político llega a los propios medios informativos de este país.
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