El Gobierno iraní se enfrenta a una creciente ola de descontento
Una sorda oposición se desarrolla en Irán ante las medidas draconianas adoptadas por las autoridades contra los funcionarios y los miembros de las profesiones liberales. Dos movimientos huelguísticos, el de los médicos y el de los empleados del servicio de aguas de Teherán, pusieron ayer de relieve el creciente malestar.
Con objeto de ahorrar, el Gobierno decidió no pagar, de ahora en adelante, las horas extraordinarias y algunas primas a numerosos funcionarios. Por este motivo, los ingresos de¡ mes de junio de los funcionarios iraníes se han visto reducidos hasta dos tercios con respecto a su salario anterior.La oleada de ejecuciones que se desarrolla en el país, bajo la dirección del implacable ayatollah Jaljali, acabó por indignar ayer a los médicos iraníes. Uno de. sus colegas fue, en efecto, ejecutado la semana pasada en Ahwaz (Juzestán). El movimiento de protesta, primero limitado a la capital de la provincia petrolífera, se ha extendido rápidamente a todo el país.
Ayer, la huelga general de los médicos internos de los hospitales tuvo un amplio eco en los centros hospitalarios de la capital.
A pesar de la prohibición de toda huelga de médicos decretada por el Ministerio de fa Salud, los hospitales de Teherán sólo funcionaban ayer al 25% de su capacidad habitual, indican los círculos médicos.
El Partido Tudeh (comunista) ha pedido en su diario a las autoridades islámicas que «adopten una postura racional en este asunto y busquen las verdaderas causas de esta agitación».
La protesta de los médicos se añade en realidad, a la de los magistrados y juristas amenazados con depuración en el marco de la reforma del aparato judicial. Mientras el ayatollah Jaljali afirma querer «disolver la justicia» que, opina, «no sirve para nada», los abogados de Teherán han protestado contra la anulación, por el Consejo de la Revolución, de la elección de la dirección del Colegio de Abogados de la capital. El Consejo de la Revolución quiere depurar la profesión antes de que se produzcan elecciones.
Los empleados del servicio de aguas de Teherán, que dependen del Ministerio de Energía, continuaron, por su parte, la huelga con ocupación de las instalaciones iniciada el martes. Como los funcionarios de los demás ministerios, se han visto privados, el pasado mes, de sus primas de alojamiento y del sueldo correspondiente a las horas extraordinarias. Sobre un sueldo medio de 50.000,riales (50.000 pesetas), después de veinte años de antigüedad, estas primas representaban unos 20.000 riales, indicó un representante de los huelguistas. Estos parecen decididos a no volver al trabajo hasta conocer el resultado de los trámites iniciados en la oficina del presidente Abolhassan Banisadr.
Por ahora, la distribución del agua se efectúa normalmente en la capital pero podrían producirse cortes de dentro de poco si la huelga se prolongase.
Al tratar de reducir los gastos acarreados por una burocracia de un millón de funcionarios, las autoridades se arriesgan a multiplicar las huelgas de protesta.
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