Muertos y numerosos heridos en choques entre policías y mestizos en Suráfrica
Un indeterminado número de personas resultaron muertas o heridas a consecuencia de los enfrentamientos ocurridos ayer entre la policía y mestizos en la zona de Ciudad del Cabo. La policía local, que reconoció la existencia de víctimas, no precisó detalles, pero según testigos presenciales -el área está cerrada a los periodistas-, al menos una chica de seis años y un hombre de treinta murieron a consecuencia de los disparos de las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes provocaron disturbios, incendiando vehículos y tiendas, levantaron barreras de neumáticos y trataron de impedir la entrada de la policía bloqueando calles y carreteras. Por segundo día consecutivo, miles de mestizos y blancos se mantuvieron en huelga.Todos los periodistas y equipos de televisión, extranjeros y nacionales, tienen prohibida la entrada a cualquier zona de disturbios en Suráfrica si no disponen de un permiso especial, anunció ayer un portavoz oficial.
Las autoridades surafricanas alegan que algunos miembros; de la Prensa que cubrieron los enfrentamientos del lunes entre manifestantes y agentes del orden, en los alrededores de Johannesburgo y Bloenfontein, incitaron a la violencia. Treinta y cinco personas resultaron heridas, veintiocho de ellas por disparos de escopeta.
Los informes procedentes de varios puntos del territorio surafricano indican que prevalece una tensa calma bajo la férrea vigilancia de la policía.
La agitación del lunes en esta localidades coincidió con el cuarto aniversario de los disturbios de Soweto, en los cuales unas seiscientas personas perdieron la vida. La policía surafricana alega que en ciertos países europeos se proyectan películas de los disturbios de hace cuatro años.
Los informadores, reunidos ayer en la conferencia de prensa que convocó el portavoz de la policía surafricana, protestaron por la prohibición y las acusaciones policiales.
Ante las airadas quejas de los periodistas, un coronel dijo que la prohibición serviría para «impedir que la Prensa fomente los disturbios», y a continuación invitó a todos los informadores a abandonar las localidades negras cuanto antes.
De las treinta y cinco personas heridas el lunes por la noche, veinte de ellas lo fueron en el suburbio de Noordgezicht (Johannesburgo), y las quince restantes, en Bloenfontein, capital judicial de la República, cuando participaban en una manifestación desafiando la prohibición gubernamental.
Según un portavoz de la policía, la mayoría de los heridos, cuyas edades oscilan entre siete y veinte años, fueron alcanzados por perdigones y su estado no reviste peligro.
Las fuerzas del orden, añadió el portavoz, efectuaron sus disparos a la altura de las piernas y utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
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