Los tractores Fiat fabricados en España son legales
«Fiat fabrica tractores en España después de haber adquirido el 100% del capital de una sociedad prácticamente abocada a la quiebra, con un porcentaje de nacionalización superior al 8071 y con total independencia a los acuerdos con el INI y Seat», declararon ayer fuentes próximas a la empresa italiana, en un intento de desmentir los comentarios procedentes de Motor Ibérica (ver EL PAIS del 7 de junio), en los que se vertían graves acusaciones a la multinacional italiana y a su filial española.
«El origen de la compra de Motransa, una fábrica española -de estructura familiar- que estaba a punto de quebrar, data del año 1978. La compra se hizo a su entonces propietario, Francisco Scrimieri. Primero, a final de 1978, Fiat adquirió el 49% de la sociedad, para pasar al control total del accionariado después de pedir la correspondiente autorización al Gobierno español, mediado el pasado año. Ni en las negociaciones -difíciles por el carácter de Scrimieri-, ni en la posterior solicitud al Gobierno, influyeron los acuerdos entre el INI y Fiat para la adquisición de Seat, pese a que Motor Ibérica trate ahora de relacionar ambas cosas».Fiat compró el 100% de las acciones a Francisco Scrimieri por 140 millones de pesetas, pese a que la sociedad estaba prácticamente en estado de quiebra. Motransa sufrió unas pérdidas, en el año 1978, de 179 millones de pesetas, con un capital social de cien millones. Para que el Gobierno le aprobase la operación, Fiat se comprometió entonces a mantener los puestos de trabajo 130 trabajadores-, realizar inversiones de quinientos millones -imprescindibles para la reestructuración-, tener inicialmente porcentajes de nacionalización en los tractores no inferiores al 80% -que Fiat pretende que supere el 90% en breve- y exportar un mínimo inicial del 10% de la producción -para alcanzar próximamente el 20%.
«Fiat ha cumplido escrupulosamente lo pactado. El hecho de que, en la parte de automóviles, no haya llegado a un acuerdo con el INI es totalmente independiente de los tractores porque, aunque pertenecen al mismo holding, Fiat-Auto y Fiat-Tractores son dos sociedades totalmente distintas e independientes desde el punto de vista gerencial. Además, Fiat ya estaba en España antes de comprar Motransa, a través de la firma comercial Tractor-Fiat, de la que posee el 45% del capital, mientras el resto pertenece al Banco Urquijo».
«Cuando Fiat pensó comprar la pequeña fábrica de tractores Motransa, preguntó primero al Banco Urquijo, su socio en Tractor-Fiat, si quería tomar parte en esta nueva sociedad, a lo que el banco se negó por no considerarlo rentable».
Para Fiat, lo que ocurre es que, en un mercado como el de este país, que, además de ser pequeño, ha sufrido una recesión próxima al 15% en el último año, Motor Ibérica ha experimentado un retroceso no ya sólo de ese 15 %, sino prácticamente del doble. John Deere, por su parte, también ha perdido algo, pero proporcional a la recesión del mercado. Y, por su parte, Fiat ha crecido de forma espectacular -pasando de cuatrocientos a 1.500 tractores vendidos-, aunque su cifra sea aún muy baja respecto a los otros dos -unos 7.000 de Motor Ibérica y 8.000 de John Deere.
El presidente de Seat viaja a Japón
Por otra parte, el presidente de Seat, Juan Miguel Antoñanzas, salió ayer con destino a Japón, con el fin de mantener contactos con las dos multinacionales niponas que pudieran tener interés en la adquisición de Seat, Nissan y Toyota. Pese a que Antoñanzas no ha recuperado aún el control de la gestión de Seat -lo hará el próximo día 28-, su actividad en busca de un nuevo socio que quiera comprar la empresa española ha comenzado ya. Después, el presidente de Seat podría acudir a la República Federal de Alemania para entablar conversaciones con el grupo VAG (Volkswagen).
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