Las autonomías, en el debate
El debate fue todo un espectáculo, donde los brillantes líderes del momento exhibieron sus mejores dotes histriónicas, en magnánimo despilfarro de gradaciones y matices: plañían, con amargura contenida, los burlados aragoneses de Gómez de las Roces; se quejaban, dolidos y marginados, los redivivos andaluces de Rojas Marcos; mendigaban, tímida y vergonzosamente, los pobres gallegos taciturnos, sin portavoz establecido; exigían, con soberana y displicente altivez, los hábiles mercaderes catalanes del señor Roca; pasaban abultada factura intimidante, al galope alborotado de cumplido memorial de agravios, los ofendidos vascos de Bandrés.¿Dónde estaba, entre tanto, el valeroso paladín de Castilla?/
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