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La crisis americana puede ser peor que la de los años 1974-1975

«Para algunos sectores de la economía norteamericana, la situación puede llegar a ser aún más crítica que durante el período 1974-1975», manifestó ayer el presidente del Continental Illinois National Bank de Chicago, John H. Perkins, en el curso de un almuerzo con periodistas celebrado en Madrid. Perkins se encuentra en España visitando las instalaciones de la sucursal de dicho banco norteamericano, que abrió sus puertas en Madrid durante el pasado mes de marzo.El Continental es, por tamaño, el séptimo de los grandes bancos norteamericanos, tiene su sede en Chicago, cuenta con 11.400 empleados, de los que 2.200 operan en las actividades relacionadas con la financiación internacional, sus recursos ajenos ascienden a 24.000 millones de dólares y sus activos totales totalizaban a finales del pasado año los 35.800 millones de dólares.

Desde 1967

Perkins recordó que el Continental opera en España, mediante una oficina de representación, desde el año 1967.Hablando de la crisis económica internacional, el banquero dijo que «los únicos países industrializados importantes que entrarán en recesión serán Estados Unidos y Gran Bretaña». Para su país, la recesión será «relativamente grave» y el clima económico ha empeorado constantemente desde principios de año, «sobre todo en los dos últimos meses, de forma acusada». Perkins vaticinó que el «prime rate» (interés preferencial norteamericano) descenderá hasta el 10% a finales del presente año y probablemente antes de esa fecha.

«No cabe duda», señaló Perkins, «que la inflación es el más serio problema económico de Estados Unidos y el más dificil de controlar de forma aceptable», al tiempo que puso el énfasis en la «urgente necesidad de mantener en perspectiva el problema de la inflación a largo plazo», conservando un «razonable equilibrio en las políticas fiscales y monetarias para evitar la tentación de poner demasiado peso en medidas estimulantes a corto plazo que, si bien pueden estimular la actividad económica, esto se haga a costa de generar nuevas presiones inflacionistas en el futuro». Perkins vaticinó que su país llegará a final de año con una tasa de inflación del orden del 10%.

Señaló por otra parte que el dólar perderá un poco de su valor en los próximos meses.

En cuanto a la financiación internacional, Perkins mostró su preocupación por el elevado volumen de recursos que ha aparecido en el mercado, y cuya redistribución presentará un «desafío considerable a los bancos internacionales en los años ochenta»; se hace necesaria, dijo, «una mayor participación de las agencias gubernamentales y las internacionales para hacer frente a esta enorme y constante responsabilidad».

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