_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El frente populismo

Aquí, en cuanto Marcelino Camacho se toma unas tapitas con Nicolás Redondo, ya hay frentepopulismo. Si Maeztu, Herrera Oria y toda la santa basca se acumulan para salvarnos más, a eso se le llama Acción Española y maurrasiana. (No sabía don Charles que iba a tener en Madrid una calle tan cosmopolita y tan molona, sin tierra ni muertos, sino con respetuosas damas de alba, damas respetables, abrecoches, gitanas canasteras, periodistas, supermercados, ferreterías y un parado /signo/ cariátide en la esquina de la panadería.)Aquí, a las bodas de sangre de la derecha con la derecha, de Franco con la banca, de López-Bravo con los astilleros y los oleoductos, de Ferrer con Salat, a eso se le llama unidad de los hombres y las tierras de: España, aunque los hombres estén parados y las tierras baldías. Pero si Tierno se coge de la mano de Picasso, o de su brazo, como suelen caminar los viejos, apuntalando una vejez con otra, eso es ya la unión del socialismo municipal con el marxismo internacional, o sea el contubernio y el frentepopulismo, aunque Tierno lo haya dicho haciendo una de sus frases mejores (cómo gira este hombre del conceptismo al lirismo):

-Esta es una plaza contra el rencor.

Pero el rencor, que es la otra fiesta nacional, no se dirime en una plaza culta, cosmopolita y matinal, como la de Azca, sino que se dirime siempre a muerte en la plaza partida del hemiciclo parlamentario o de las Ventas, donde acaban de caer, víctima de la dialéctica del toro, mi amigo Paco Camino, o, víctima del cornalón tecnocrático de la ucedé, Felipe González, un capa sevillano y remoreno que empezó apodándose Isidoro en los carteles y capeas de la clandestinidad. Yo he estado en todas las plazas, yo vivo de plaza en plaza, viendo a Paco Camino apurar un toro difícil por exigencia ronca y bronca del araderío, corno siempre, viendo a Felipe beber de la estructura picassiana del botijo (el botijo es cubista) mientras le echaban nuevos minotauros e hipogrifos violentos y pilaristas, viendo a Tierno inaugurar la luz consistorial de una plaza/museo. Lo mejor sobre Picasso y el Guernica lo ha dicho estos días José Miguel Ullán:

-¿Y adónde le parece a usted que se debe colgar el Guernica?

- En una pared.

No hay manera: la derecha actúa por fórmulas, por tics, por el refranero político y el Calendario Zaragozano de don Mariano Castillo y Ocsiero, que nos dejó previstos más allá de Orwell y de Malaquías. Si Carrillo respalda una moción de censura a Suárez (que ha respaldado asimismo toda la derecha mayoritario/ minoritaria) es que hay frentepopulismo. Si una monja y un guardia se ponen de acuerdo entre san Pascual y san Gil, para salvarnos muchisimo, es que hay Santa Cruzada. Ortega sentó la diferencia para siempre, aunque ahora le cite Piñar (allí tenía que haber estado Julián Marías para desvertebrarle con la España invertebrada), en las Cortes. Ortega sentó la diferencia entre ideas y creencias. La izquierda vive de ideas que se le van ocurriendo, y la derecha de creencias que va heredando con las fincas. Las creencias automáticas, cuando tienen que dar una idea, en lugar de una idea dan un tic, un síndrome, un colmo o un refrán. La esfinge sin secreto (y sin sexy) de la derecha sepia, acaba de decirlo:

-Estamos a las doce menos cinco del Frente Popular.

Tranquila, amor. Ayer me pasé la tarde paseando entre las texturas, los ready-meade y las abstracciones de Tápies, en Arte Contemporáneo. Mesas de despacho con los cajones reventones de paja y unas humildes tijeras menestrales perennizadas sobre un lienzo pobre. Lo más hermoso de la muestra es que todo esto está hecho bajo Franco. La ultranza teme un inexistente frente populismo. La ultranza no se aclara que el frente que tiene enfrente, popular y eterno, es la cultura.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_