Cierre de numerosos establecimientos en Madrid por el reciente asesinato de un joyero
Todos los comercios de la calle General Ricardos y las joyerías de Madrid permanecieron cerrados ayer, en señal de duelo, por el asesinato de Felipe Vicente Martin, propietario de una joyería, que resultó muerto el pasado martes en el transcurso de un asalto a su establecimiento. A las acciones realizadas ayer en protesta por este nuevo asesinato, entre ellas una manifestación de los vecinos de Carabanchel, que cortó en algunos momentos el tráfico, y la colocación en la joyería de una pancarta, pidiendo justicia, se unirán las que el próximo lunes adopten los representantes de relojeros, plateros y joyeros de toda España, convocados a una asamblea general para estudiar las posibles medidas a adoptar.
La calle General Ricardos estaba ayer desierta. Todos los comercios, bares y cafeterías de la zona, desde Marqués de Vadillo hasta pasado Oporto, permanecían cerrados, con un cartel en la puerta de entrada: «En señal de duelo por el vil asesinato de nuestro compañero Felipe Vicente Martín». El cierre general se había iniciado sobre las diez de la mañana, hora en la que los comerciantes de la zona acordaron expresar de alguna forma su indignación ante el asesinato ocurrido el martes, cuando dos jóvenes, de una edad comprendida entre los dieciocho y los veintidós años, penetraron en la joyería, sita en el número 18 de la calle, y dispararon contra el propietario y su hermano en el curso de un asalto.A medida que los comerciantes se fueron poniendo de acuerdo, el cierre se generalizó, por lo que a las once y media de la mañana, cuando se inició una manifestación en la plaza de Marqués de Vadillo, la totalidad del comercio estaba cerrado, igual que muchos otros establecimientos de las calles adyacentes.
Los manifestantes, que iban acompañados por vehículos de la Policía Municipal y Nacional, recorrieron toda la calle en ambos sentidos. Al llegar a la altura de la joyería asaltada, se detuvieron ante ella, y mientras algunos ponían claveles ante la puerta, otros colocaron una pancarta encima del establecimiento, en la que estaba escrito: «Basta de asesinatos. Justicia».
A continuación, y sin que se registrara ningún incidente, los manifestantes abandonaron la zona.
El cierre contó con el apoyo de los vecinos, que optaron por no comprar o por dirigirse a las calles en las que se podían encontrar tiendas de alimentación abiertas. El mercado de San Isidro, situado a la altura de Urgel, permaneció cerrado a partir de media mañana.
No abrieron las joyerías
Asimismo, la casi totalidad de los propietarios de joyerías de Madrid cerraron sus puertas, atendiendo a la convocatoria hecha por el gremio de este sector ante el asesinato del joyero de Carabanchel. Además del cierre, que fue en general respetado, el gremio de relojeros, plateros y joyeros anunció para el lunes una asamblea general de los representantes de toda España. En esta reunión el sector tratará de las posibles medidas a adoptar para impedir que se repitan hechos como el ocurrido el martes. Por su parte, la Asociación empresarial del Comercio e Industria del Metal, integrada en la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), anunció su solidaridad con todas las acciones e iniciativas que tome el gremio de joyeros, al que apoyará en todas las acciones legales y judiciales que tome.Con respecto al herido en el mismo asalto, Alberto Vicente Martín, hermano del joyero muerto, su estado mejora, según informaron fuentes del hospital Primero de Octubre, en el que se halla internado después de que fuera atendido en el equipo quirúrgico número dos, situado cerca de la joyería asaltada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.