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Hacer el amor con frecuencia garantiza la actividad sexual durante la vejez

Juan Arias

Quien más y mejor hace el amor durante la juventud tendrá asegurada una vejez llena de posibilidades sexuales. Es esta la conclusión a la que han llegado una serie de sexólogos italianos en un congreso médico que se acaba de celebrar en Viareggio y en el cual se ha analizado la vida de la pareja en la edad anciana, sobre todo bajo el aspecto del sexo.

Como Kinsey, también los especialistas, entre ellos Casucci, Callegari y Gorbi, han afirmado que la capacidad sexual del hombre puede vivir más allá de los ochenta años. Por eso ha sido considerado no como un fenómeno de patología médica, sino como un ejemplo que confirma la tesis, el caso del anciano de noventa años de Milán, el cual, viudo desde hace muy poco, trae de cabeza a las asistentes sociales de la casa de vejez donde vive, porque «siente la exigencia sexual de una mujer». Médicos y enfermeras aseguran que este hombre está bien física y psíquicamente y que de verdad desea a una mujer.Y para salvar de un cierto sentido del ridículo a este hombre, los periódicos han recordado que siempre en la historia han existido grandes amadores en la última etapa de la vida, como Segovia, Charlie Chaplin o el mago de Bakey.

Hay quien asegura que este descubrimiento de la sexualidad del anciano y la publicidad que se le está dando en Italia ha nacido de las cifras lanzadas por los institutos de estadística, según los cuales en este país va creciendo enormemente el número de ancianos, tanto porque disminuyen los nacimientos cuanto porque la media de la vida se ha elevado enormemente. Hoy los ancianos en Italia constituyen el 16,6 % de la población, y dentro de diez años podrá llegar al 20%.

Quizá por esto, hasta el mundo político está descubriendo a los ancianos. En las próximas elecciones del domingo, por ejemplo, los republicanos han presentado como candidato, en Génova, a un señor de noventa años. Y, al parecer, va a obtener muchos votos.

Los sexólogos que han participado en el congreso de Viareggio afirman, sin embargo, que todo esto no impide la verdad sobre la investigación que ellos han hecho con una serie de entrevistas estudiadas científicamente. Según los resultados de estas entrevistas, hechas a parejas de 55 a ochenta años, demuestran que el 67% de las mismas, sin excluir los de edad más avanzada, tienen relaciones sexuales íntimas, y que el 33%, una tercera parte, hacen el amor varias veces a la semana. El 80% de los hombres y el 93% de las mujeres aseguran, es verdad, que con el pasar de los años les disminuye el deseo sexual, pero afirman al mismo tiempo que cuando hacen el amor no lo hacen con menos satisfacción que en los años jóvenes.

Más de la mitad de los hombres casados declaran que están seguros de poder continuar sexualmente activos hasta los 75 años, pero sólo el 34% piensa que esto sirva también para las mujeres. Y ellas, ¿qué dicen? El 39% ha decIarado que están seguras de poder continuar haciendo el amor por lo menos hasta los 65 años, pero no están muy convencidas de que sus maridos puedan llegar activos hasta esa edad.

Otra de las conclusiones a las que han llegado estos especialistas es que las mujeres, a los sesenta años, a pesar de todos los tabúes y los prejuicios sociales según los cuales la mujer cierra su vida sexual con la menopausia y, por tanto, con la posibilidad de procreación, son hoy capaces de gozar haciendo el amor en un 84%. Hacen menos veces el amor, pero sólo porque su pareja se retira, en tanto que aumenta en el autoerotismo y los sueños eróticos acompañados de orgasmo.

Y una vez más se ha afirmado que la sexualidad no está en las hormonas, sino en la fantasía, y que ésta, con el tiempo, se afina, se hace más rica y más profunda.

Y una llamada a los jóvenes: es necesario vivir la sexualidad y bien pronto, porque es una cosa que no se puede improvisar de ancianos.

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