La OTAN quiere forzar a Moscú a que negocie la reducción de su potencial atómico
La reunión de Grupo de Planes Nucleares de la OTAN, en la que participan once ministros de Defensa de la Alianza Atlántica, se inició ayer por la tarde en la base militar noruega de Bodoe.
La negativa de la URSS a iniciar negociaciones sobre las armas euroestratégicas -cohetes atómicos instalados en Europa- será ampliamente debatida en la reunión de Bodoe. Este «no» soviético es una consecuencia de la decisión tomada en diciembre por la OTAN de instalar, a partir de 1983, 572 proyectiles euroestratégicos (108 cohetes Pershing 2 y 464 misiles Crucero) para hacer frente a los SS-20 soviéticos desplegados en la URSS.
A este propósito han surgido dos tendencias entre las delegaciones. Fuentes noruegas declararon que si «los responsables soviéticos están realmente convencidos de que los cohetes Pershing 2 (1.800 kilómetros de alcance) y los misiles Crucero (2.400 kilómetros de alcance) constituyen un grave peligro, tanto por su precisión como por su rapidez -tardan entre cuatro y seis minutos en alcanzar el blanco-, y tendrían que aceptar negociar con los países occidentales».
El comunicado final de la reunión del grupo de planes nucleares incluirá, indican las mismas fuentes, un nuevo llamamiento urgente pidiendo a la URSS que abra negociaciones.
Fuentes holandesas, sin embargo, indican que La Haya no tomará decisiones sobre el despliegue de cohetes Pershing en su territorio antes de diciembre de 1981.
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