"La Constitución valdrá según funcione o no el Tribunal Constitucional"

La necesidad de que funcione el Tribunal Constitucional, como condición indispensable para que la Constitución no se convierta en papel mojado y para que, en definitiva, se consolide el sistema de democracia parlamentaria instaurado tras el franquismo, fue uno de los temas sobre los que más se insistió a lo largo de las Jornadas de Estudio sobre el Tribunal Constitucional, celebradas en Madrid durante la semana pasada.

Organizadas por la Dirección General de lo Contencioso del Estado, dichas jornadas han reunido a los mejores juristas y constitucionalistas españoles, entre ellos a Eduardo García de Enterría, Jerónimo Arozamena, Fernando Castedo, Lorenzo Martín-Retortillo e Hipólito Gómez de las Roces. Una destacada intervención tuvieron los italianos Alessandro Pizorrusso y Giuseppe Manzari, quienes expusieron antes sus colegas españoles la trayectoria del Tribunal Constitucional del Estado italiano, que viene funcionando ya desde hace algunos lustros.«Las jornadas no han aportado conclusiones en torno al papel y Funciones del Tribunal Constitucional», ha manifestado a EL PAIS Antonio Martínez Lafuente, abogado del Estado encargado de organizar las jornadas por la Dirección General de lo Contencioso. Lo que sí han constituido es un marco de debate, en el que se han expuesto muchísimas ideas, que servirán, sin duda para que funcione bien el tribunal. Los magistrados del Tribunal Constitucional han estado presentes y seguramente han tomado nota de ellas. Como dijo García de Enterría, «la Constitución valdrá según funcione o no el Tribunal Constitucional».

Escogido por ser un tema del momento, el estudio sobre el Tribunal Constitucional ha dado lugar a que se planteen públicamente algunos de los aspectos más polémicos en torno a la existencia y a la naturaleza de dicho órgano. En primer lugar, si el Tribunal Constitucional es un órgano político o un tribunal de justicia. Si este tribunal va a poder revisar las leyes aprobadas por el Parlamento, parece lógico que se le considere como órgano político. Pero, por otra parte, la composición de este órgano como tribunal, formado por magistrados, tiende a convertirlo en tribunal de derecho. Las opiniones manifestadas sobre este tema durante las jornadas fueron muy variadas.

También hubo contraste sobre la función del Tribunal Constitucional en el recurso de amparo. «La protección de los derechos fundamentales», ha precisado el señor Martínez Lafuente, «se realiza a través del amparo y a través de los tribunales ordinarios. Ha habido contraste sobre el papel que le toca jugar al Tribunal Constitucional, pero se ha insistido en que un acceso fácil, mediante el recurso de amparo, al Tribunal Constitucional desnaturalizaría las funciones de este órgano, que no está creado para los asuntos pequeños, sino para los grandes temas constitucionales».

Las conferencias -cinco en total- y las numerosas comunicaciones habidas en las jornadas de estudio sobre el Tribunal Constitucional serán editadas.