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Programa socialista: reforma de la Administracion, aumento del empleo y neutralidad de España

Felipe González, secretario general del PSOE y candidato socialista a la presidencia del Gobierno, expuso ayer un programa detallado respecto al planteamiento autonómico y a los problemas sociales y económicos, sobre los que pormenorizó una serie de medidas. De forma más general abordó la situación internacional de España y los temas de seguridad ciudadana y libertades públicas. Tras colocar la reforma de la Administración como pilar básico de su programa, propició el máximo respeto a la voluntad autonómica de los distintos territorios, la atribución del 50% de los recursos a las haciendas descentralizadas y un calendario que conjugue la mayor economía electoral con el desarrollo autonómico pleno.

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Centró la clave de la estrategia económica en el aumento de productividad, un acuerdo nacional sobre el empleo, lucha contra las desigualdades, un plan económico anual que acompañe a los presupuestos y un plan energético que reduzca el gasto de energía e incremente la utilización del carbón y otras fuentes alternativas del petróleo. Sostuvo el mantenimiento del statu quo de la situación internacional de España y su neutralidad y, respecto a las libertades públicas, defendió el máximo respeto a los principios constitucionales y ofreció diversos proyectos de ley para garantizar la seguridad a partir de las libertades.«Quiero exponer las líneas generales de un programa de gobierno desde la óptica de un socialismo democrático», dijo, al comienzo, Felipe González. «Queremos que el programa sea debatido por las fuerzas políticas, que puedan asumirlo los distintos grupos y la mayor parte del país, y que lleve a la conciencia de la mayoría que los problemas deben ser resueltos más uniendo voluntades que empleando la fórmula matemática de la suma de votos».

«El proceso político de cambio generó esperanzas e inquietudes. Son muchos los que ahora dudan de que la democracia haya supuesto un cambio real en su vida diaria y dudan también si a cambio de la inseguridad en el proceso han obtenido algo concreto».

«Trato de exponer nuestros puntos de vista sobre cuatro grandes áreas que preocupan al ciudadano: el estado de las autonomías con el mantenimiento estricto de la unidad de España y el fortalecimiento de la solidaridad; el problema del paro, como fundamental de la crisis económica, y el reparto injusto de la riqueza; el impulso de la libertad con las máximas cotas de seguridad para el ciudadano; y, por fin, el papel de España en el concierto internacional. Sobre es tos temas hay que juzgar la labor de un Gobierno».

«El desarrollo de las autonomías encuentra como requisito condicionante, y atiéndase bien que digo condicionante y no prioritario, el que la Administración del Estado debe cambiar para servir a ese objetivo de desarrollo autonómico y debe servir a una organización distinta en la concepción y en la distribución del Estado».

«Sobre esa base, la Administración pública necesita una regulación de la función pública sobre los principios de igualdad y capacidad. La mayoría de los funcionarios están cansados de la ineficacia que genera la estructura actual. Son imprescindibles controles de horario y normas disciplinarias, que impongan rendimientos equivalentes al del sector privado, hay que frenar la expansión excesiva de las plantillas y, con repecto a los derechos adquiridos, iniciar el paso de la Administración central a las autónomas, reducir el número de cuerpos, especializar las funciones, reducir las excedencias, hacer más rígido el sistema de incompatibilidades, y reducir el número de departamentos ministeriales».

«En definitiva, es necesario poner a trabajar y a rendir a la Administración, recuperar la moral del funcionario, alejando las tentaciones corporativistas, y conseguir la potenciación, la eficacia y la neutralidad de la Administración, actuando con energía, si fuera necesario, en aquellos núcleos que se opongan a esta reforma».

Mapa autonómico

«Con este frontispicio se podría entrar en la constitución del Estado de las autonomías, que supone, ante todo, el respeto riguroso a la idea que emana de la Constitución de 1978 y, en consecuencia, de la soberanía popular, con profundo respeto a la voluntad popular, que permita la generalización del proceso. Es necesario también liberalizar los procesos estancados y garantizar a todos el mismo nivel que tienen los estatutos ya aprobados». «No debe haber discriminación entre el Estatuto gallego y los ya en vigor. Para Andalucía es necesario ofrecer una solución que respete la clara voluntad de los andaluces, y hay que apoyar la modificación de la ley de Referéndum, que haga posible que se repita la votación en Almería. Para el País Valenciano, Canarias y Aragón, desbloquear sin imposiciones estos procesos con negociación de todas las fuerzas políticas en un plazo no superior a dos meses. Para Baleares y Extremadura, evitar vías de imposición. Navarra, con respeto a su régimen foral, y salvo que decidiera incorporarse a Euskadi, podrá constituirse como comunidad particular. También podrán hacerlo Ceuta y Melilla por separado, escuchando las pretensiones de sus ayuntamientos. Madrid debe recibir apoyo del Gobierno para contar con especialidades que justifican el ser la capital de España».

«En las dos autonomías ya existentes, Cataluña y Euskadi, hay que acelerar las transferencias a la máxima velocidad con que las dos comunidades puedan recibirlas. Si se puede hacer en el plazo de un año, mejor».

Calendario autonómico

«El calendario electoral para el proceso autonómico debe impedir, por una parte, la permanente situación de procesos electorales y, por otra, negar la paralización de todos los procesos hasta 1983. Hay que conseguir una gran economía electoral, conjugando las fechas mínimas y máximas que prevean los respectivos estatutos. Desde 1983, las elecciones autonómicas se simultanearán con las municipales. Y, por fin, es necesario un calendario de transferencias lo más homogéneo posible, con una fase prioritaria para el bloque de Cataluña y Euskadi».«Es necesario también potenciar el Senado como cámara territorial, una política financiera que exprese participación y solidaridad, con creación de sesiones territoriales del Tribunal de Cuentas y consideración fundamental para las previsiones de la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas. Por fin es imprescindible atender a la creación de auténticas autonomías locales, tema que lamentablemente se olvida pese a su radical importancia».

Problema social y económico

«La economía debe estar al servicio de los hombres, y no al revés. Aumentar el empleo y luchar contra el paro, al tiempo que se redistribuye la riqueza entre las personas y entre los territorios, es el objetivo fundamental del plan económico socialista. ¿Cómo conseguir estos objetivos?»«Lucha contra el paro: hay que orientar el crecimiento hacia determinados sectores de consumo. La clave de la estrategia está en el aumento de la productividad. La productividad no es sólo un tema que afecte a los empresarios, sino a empresarios y a trabajadores. Es necesario aumentar esa productividad, y sólo así podrán conseguirse tasas de crecimiento mayores. Es necesario crear un programa de concertación, con reestructuración a través de contratos de programa, promover acuerdos sectoriales de financiación con la pequeña y mediana empresa. Respecto a la empresa pública, separar la socialización de pérdidas, que a veces es necesaria, con las empresas que tienen carácter permanente, y es imprescindible contar pronto con un estatuto definitivo de la empresa pública. Hay que regular la huelga, los conflictos colectivos y devolver el patrimonio sindical».

«Pieza fundamental de toda esta política es un acuerdo nacional sobre el empleo y la mejora de la productividad. Es imprescindible mantener el incremento de salarios de acuerdo con el índice del coste de la vida, y nunca por debajo del mismo».

«Los efectos de este acuerdo no se notarán en el empleo de modo inmediato, pero mil parados por día en los tres últimos meses, ¿hasta cuándo lo puede aguantar el sistema democrático? Para remediar esta situación son necesarios programas específicos sobre colectivos de difícil inserción en el mercado del trabajo, disminuir la edad de jubilación, luchar contra el pluriempleo, escolarizar a la población entre los catorce y los dieciséis años, reducción de horas extraordinarias, mejorar el sistema de protección al desempleo. Los socialistas nos comprometemos a un plan cuatrienal de inversiones públicas y de las privadas que tengan carácter prioritario. Es necesario ampliar la infraestructura de servicios en la creación de una red internacional que fomente la exportación, fomentar la investigación tecnológica y crear un plan para el sector agroalimentario».

Lucha contra las desigualdades

«El sector público de la economía debe reducir gastos corrientes y aumentar los de inversión. La Seguridad Social debe tender a suprimir regímenes especiales. La sanidad debe conducirse a través del Servicio Nacional de la Salud y deben evitarse las barreras que existen para los minusválidos. Las oportunidades de los hijos de agricultores, a la hora de estudiar, son sesenta veces menores que las de los profesionales de la ciudad, se impone por tanto extender la escolaridad e incrementar la educación permanente, al tiempo que se dota a la universidad de verdadera autonomía».«Se impone un plan de construcción de viviendas, de modernización del desarrollo agrícola y ganadero, con normas especiales para zonas de montaña y, como propuesta importante, la presentación de un plan económico anual que acompañe a los presupuestos. Una norma elemental afirma que, quien tenga más, debe pagar más; pero lo cierto es que esto no se cumple. Por de pronto, es necesario modificar los tipos del impuesto sobre la renta, que son los mismos en los tres últimos años».

«Tenemos menos déficit en el sector público que la mayoría de los países de la OCDE y, en consecuencia, debe potenciarse ese sector. Debe recurrirse al ahorro exterior y, respecto a la política monetaria, hay que afirmar que el sistema financiero sigue actuando de manera insuficiente.

«Es necesario adaptar el sistema económico a la nueva situación,con medidas sobre la demanda final y la de oferta. No es fácil reducir la demanda doméstica, que sólo supone un 12% del gasto energético, pero sí es posible reducir la energía dedicada al transporte y la del sector industrial. Se impone la eliminación de subvenciones y la sustitución, en lo posible, del fuel por carbón y por gas para evitar la dependencia del petróleo».

«La utilización de energía nuclear ha de hacerse sólo cuando subsidiariamente sea necesario, y hay que concebir lo nuclear como un último recurso y con gran atención al Consejo de Energía Nuclear».

«Es necesario mantener un 30% de la potencia instalada, en el sector eléctrico, en manos de la empresa pública; nacionalizar la red de alta tensión, concertar el sector en cuatro o cinco empresas capaces de afrontar los riesgos y la transformación que exige, incrementar el porcentaje de participación del sector público en las empresas eléctricas y agrupar, de una vez por todas, todos los intereses del Estado en las empresas del petróleo».

Política internacional

«El secretario general del PSOE centró su proyecto de política internacional en el mantenimiento del actual statu quo de España. Afirmó que el mundo soporta una tensión entre el Este y el Oeste, y que, por el contrario, existen unas relaciones entre Norte y Sur basadas en un deseo de cooperación. «España», dijo, «por ser un país de tipo medio y por su situación estratégica, se encuentra a medio camino entre el Norte y el Sur y entre el Este y el Oeste».En síntesis, el proyecto socialista se basa en: «Mantenimiento de la actual situación internacional de España, fortalecimiento del proceso de integración en la Comunidad Económica Europea, desarrollar las relaciones con América latina y el mundo árabe, contribución a la pacificación del Sahara: preparación activa de la conferencia de seguridad de Madrid para hacer un papel decoroso, y, por último, información pública sobre los pasos en la negociación bilateral con Estados Unidos».

Libertades y orden público

En este campo, insistió en que el recorte de las libertades desemboca en una mayor inseguridad. Puntos principales de la alternativa socialista sobre seguridad ciudadana son: «Presentación de diversos proyectos de ley, entre los que figurarían una ley orgánica sobre cuerpos básicos de seguridad del Estado, un proyecto de ley orgánica que regule los estados de alarma, excepción y sitio, otro proyecto de ley sobre bandas armadas y grupos terroristas».«Remisión a las Cortes de diversos proyectos de ley, entre los que figuraría uno de tutela de libertades, otro para delimitar el uso de la informática, un proyecto de ley orgánica del defensor del pueblo, otro que regule el derecho de asilo -especialmente de los ciudadanos de los países latinoamericanos que huyen de dictaduras- y, por último, una ley de divorcio que admita la disolución matrimonial por mutuo acuerdo entre los cónyuges».

El líder socialista insistió en que hay que hacer llegar los principios constitucionales a todos los niveles y que el PSOE considera derogadas todas las leyes que contravienen el espíritu de la Constitución. Destacó al mismo tiempo que los tribunales de justicia y el ejército deben considerarse que están bajo el amparo de la soberanía popular.

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