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La liberalización del sistema financiero bajaría en 2,5 puntos el coste del crédito

«El coste del crédito en España podría reducirse en dos puntos y medio si se afrontase una liberalización global y decidida del sistema financiero», dijo Rafael Termes, presidente de la Asociación Española de Banca Privada, en el curso de su intervención en el seminario que se está celebrando estos días, y que organiza el Instituto Español de Analistas de Inversiones.

El banquero justificó su afirmación señalando que, de acuerdo a cálculos realizados por el sector, esta rebaja vendría por tres vías simultáneas: el cobró de los servicios bancarios (0,5 puntos), la eliminación del coeficiente de fondos públicos (un punto) y del coeficiente de inversión obligatoria (un punto), o bien liberalizando los tipos de interés aplicables a estas operaciones.Termes apuntó que las críticas más frecuentes que se escuchan sobre el sistema financiero español en su conjunto se refieren a la estrechez de dicho sistema, a la participación escasa del mercado de valores en la financiación de las empresas, a la inexistente financiación a medio y largo plazo y a los márgenes excesivos de las instituciones de crédito.

«La única solución para superar estos defectos», dijo Termes, «pasa hoy por la liberalización del sistema, aunque la receta liberal debe tener carácter integral y debe ser llevada hasta sus últimos extremos».

Para Termes, las actuales distorsiones del sistema financiero español, que se caracteriza, entre otras cosas, por falta de financiación a medio y largo plazo, se deben básicamente a la inflación y la intervención.

El sistema más racional para conseguir financiación a medio y largo plazo por parte de la banca privada sería que las propias entidades pudieran conceder créditos a largo a las empresas, y que tales créditos fueran computables a efectos de los coeficientes de inversión.

«Es absolutamente falso que la banca esté ganando más dinero que nunca», dijo Termes. Según el presidente de la AEB, el margen de intermediación de las instituciones bancarias, en proporción a sus activos medios totales, fue del 4,91% el pasado año, frente a un 4,76% el año anterior. De este porcentaje, 4,05 puntos fueron absorbidos el pasado año por los costes de transformación, por lo que queda un 0,86% en concepto de beneficio antes de impuestos. Este porcentaje es ligeramente inferior al correspondiente al año anterior (0,87%, que ya había bajado, a su vez, respecto al 1,22% de 1977).

En consecuencia, el margen financiero -es decir, la diferencia entre los costes y los productos financieros- fue del 4,35% el año pasado, frente a un 4,45% el año anterior. «Esta reducción del margen financiero, a pesar de que los gastos de transformación han subido del 3,89% en 1978 al 4,05% en 1979, ha sido posible porque los productos netos derivados de la mera prestación de servicios y otros resultados varios han aumentado del 0,31% en 1978 al 0,56% en 1979. Esto quiere decir que el margen financiero -que es lo que interesa discutir a los usuarios del crédito, por ser lo que carga la banca entre el interés que paga y el interés que cobra- ha empezado a reducirse, y podría reducirse mucho más si la banca pudiera cobrar a su coste los servicios ajenos a la actividad crediticia».

Señaló también Termes que la liberalización de intereses a plazo inferior a un año no conllevaría necesariamente un drástico encarecimiento de las operaciones pasivas, en parte porque este encarecimiento ya se ha producido al haberse desplazado el ahorro hacia pasivos caros y porque se podría llegar a no pagar intereses a las cuentas corrientes, al igual que sucede en otros países, al ser éste un servicio bancario.

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