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Un comando "ultra" asalta la facultad de Ciencias de la Información

Un comando de siete jóvenes de extrema derecha intentó asaltar ayer el edificio de la facultad de Ciencias de la Información de Madrid, al objeto de impedir unas conferencias en las que, bajo el lema Contra la represión, iban a intervenir Francisco Letamendia, diputado de Herri Batasuna; dos abogados del caso de Herrera de la Mancha, y el estudiante Carlos Aguirre, herido de bala en una mano durante el último asalto ultra en Derecho. Los servicios de orden de Colectivos por la Autonomía del Movimiento Estudiantil (CAME), organizadores del acto, repelieron a los asaltantes, lograron capturar a uno de ellos y le sometieron a juicio popular hasta el momento en que llegó una dotación de policías nacionales, vestidos de paisano, que se llevaron detenido al asaltante.

Siete jóvenes, vestidos de escuadristas, intentaron penetrar ayer, a las 10.30, en la facultad de Ciencias de la Información. Una docena de estudiantes de Derecho, Periodismo e Imagen, miembros del servicio de orden, que tenían la misión de acompañar al diputado Letamendía y a los abogados, cercaron a los jóvenes y pidieron se identificasen. Cuando procedían a cachearles, los componentes del comando intentaron utilizar porras y cadenas, pero fueron neutralizados por los estudiantes del servicio, de orden, quienes, provistos de palos y hierros, les propinaron una paliza. Uno de los asaltantes, antes de que pudieran atravesar el vestíbulo, sacó una pistola, hizo dos disparos y, en la confusión, seis de los asaltantes lograron huir llevándose herido a un joven del comando. El servicio de orden logró retener a un asaltante, colocándole el filo de una navaja al cuello, y los estudiantes lo condujeron a uno de los servicios de caballeros, donde procedieron a interrogarle.El interrogatorio, recogido en una casete por el estudiante Alberto L. B., comenzó por la identificación del miembro del comando. Dijo que se llama Isidoro Gallego y que estudia quinto de Medicina. Asimismo, reconoció ir provisto de una pistola de fogueo, después de varios minutos en los que intentaron que el «retenido» diera nombres y datos sobre individuos de extrema derecha.

Los estudiantes trasladaron al asaltante desde los lavabos al vestíbulo de la facultad, donde se agolparon unos trescientos alumnos. El asaltante se ratificó en las declaraciones anteriores. Los estudiantes expusieron que no se le había hecho daño alguno, y le invitaron a fumar mientras algunas voces pedían linchamiento. Se le apartó de la asamblea a un local del nuevo edificio de la facultad para proseguir el interrogatorio. En ese momento llegó una dotación de la policía. El asaltante invitó a la policía a que lo detuviesen y dijo: «Muchas gracias por haber venido». Un policía contestó: «Nada de gracias, esto se va a aclarar».

La policía llegó a la facultad media hora después del intento de asalto, a petición del decano, Antonio Lara, a quien algunos alumnos le hicieron llegar el deseo de que se protegiese la celebración del acto anunciado, aunque Letamendía había excusado su asistencia. Javier Maestro, profesor de la facultad, firmó la denuncia y en la antesala del despacho del decano la policía aconsejó que se presentasen testigos de los hechos.

Uno de los policías, que tenía los casquillos de las balas, manifestó que no habían llegado a explotar y que eran balas de gas, al parecer del calibre 8. Los estudiantes discutieron con la. policía, manifestándoles que no se presentarían como testigos porque no confiaban ni en la policía ni en las autoridades judiciales. «Hay muchos casos en que hemos denunciado acciones de la extrema derecha», dijo uno de ellos, «y después resulta que los represaliados somos los denunciantes. Ya es hora de ir por nuevos caminos y experimentar otro tipo de acciones».

Los estudiantes testigos de los hechos se reunieron aparte y decidieron no presentarse ante el juzgado, si bien se supo a última hora que había acudido un testigo. En las paredes de la facultad aparecieron pintadas firmadas por grupos de extrema derecha y una en que se lee: «Letamendía=ETA=asesinos. Letamendía, fuera de la Universidad. Fuerza Joven». Contrariamente a lo difundido por algunas agencias, la facultad de Ciencias de la Información no fue cerrada, y ayer tarde continuaron impartiéndose las clases.

El detenido pasa a disposición judicial

Fuentes oficiales del Gobierno Civil anunciaron a última hora de la tarde de ayer que Isidoro Gallego pasó a disposición judicial después de prestar declaración en las dependencias policiales. Sin embargo, ninguno de los restantes miembros integrantes del comando ha sido detenido todavía.La versión que dan estas mismas fuentes de lo ocurrido en la facultad de Ciencias de la Información difiere bastante de la de los testigos presenciales. Según el Gobierno Civil, a media mañana, antes de que se celebrara una conferencia sobre terrorismo, un grupo de seis personas entró en la facultad a colocar carteles contra ETA. «En ese momento», explican, «fueron abordados por unos cuantos estudiantes, que los golpearon e insultaron y retuvieron a uno de ellos. Cuando llegó la policía, los estudiantes se resistieron a entregarlo y, tras un breve forcejeo, Isidoro Gallego pudo ser detenido».

Respecto a los disparos, las mismas fuentes aseguran que no se ha podido constatar que llegaran a efectuarse y que en el suelo se encontraron dos casquillos de fogueo. «La única arma incautada es una barra de plomo», concluyeron, «que el detenido llevaba en la chaqueta».

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