Resonante victoria socialdemócrata en las elecciones regionales de Renania-Westfalia
El Partido Social Demócrata (SPD) de Renania del Norte-Westfalia obtuvo el domingo, en las últimas elecciones regionales antes de las federales de otoño, una de sus más resonantes victorias, al imponerse al democristiano (CDU), partido fuerte hasta ahora en esta región, la más populosa e industrial de la RFA, en la que se encuentran ciudades como Düsseldorf, Colonia y Bonn.Los democristianos, que han visto decrecer el favor popular por esta opción en un 7% aproximadamente, insisten ahora en que estas elecciones regionales no son un test que permita anticipar un pronóstico sobre quién será el próximo canciller de la RFA. De hecho, el CDU ha perdido votos en todas las elecciones regionales celebradas en este país desde 1978, con la única excepción de Berlín occidental. Lo cierto es que, en Renania, por lo menos un 5% de electores tradicionales del CD han dado esta vez sus votos al SPD.
Otro tanto ha ocurrido con el Partido Liberal (FDP) que, al no superar la barrera del 5 %, no estará presente en el Parlamento regional durante los cuatro años próximos: parte de sus electores tradicionales se han inclinado por el «voto útil», el socialdemócrata, o por el «voto verde», en favor de los ecologistas, que, de todas formas, se han quedado en un tres y pico por ciento.
Renania-Westfalia será gobernada en solitario por los socialdemócratas (hasta ahora gobernaba una coalición del SPD y FDP) y en la dieta regional sólo habrá dos partidos. Los renanos, tradicionales electores de la Democracia Cristiana en cuanto mayoritariamente católicos y conservadores, han situado ahora en cabeza de sus motivaciones electorales el temor a Franz Jose Strauss.
En Renania-Westfalia, los socialdemócratas han jugado la baza del paro (no debe olvidarse que la cuenca del Ruhr es justamente el corazón de este land). La seguridad de los puestos de trabajo, junto con la campaña «No a Strauss», fueron factores que desarticularon los pronósticos excesivamente optimistas del candidato conservador Biedenkop, que, por muerte del primer candidato del CDU en estas elecciones en plena campaña electoral, fue nominado precipitadamente para esta función.
A nivel federal, cabe anticipar que el Partido Liberal sólo tiene previsiblemente posibilidades de continuidad si forma parte de otra coalición con el Partido Social Demócrata a partir de las elecciones de otoño. Por lo pronto, la Unión Cristiano Demócrata no está ya tan segura de que no deba plantearse lo que llama la «cuestión personal»: es decir, la continuación de Strauss como candidato suyo a la jefatura del Gobierno.
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