Mentís del Instituto Nacional del Consumo
El pasado día 23 de los corrientes, en la sección Cartas al Director, apareció una en la que Martín Sagrega decía entre otras cosas: «(...) Nada tiene de extraño que el consumidor madrileño sea reacio a formular reclamaciones ante el Instituto Nacional del Consumo. Yo fui uno de los 72 ciudadanos que, engañado por una propaganda demagógica, presenté una, en 1979, contra un reparador de neveras. (...) El resultado, más de un año de cartas y visitas a dicho instituto dieron como resultado una comunicación en que se indicaba que quizá se le pondría una multa al desaprensivo ( ... ), sobre mi problema nada, ni responder a una última carta en que les interrogaba en ese sentido». ( ... )Resulta que las manifestaciones del señor Sagrera son total y absolutamente falsas. No hay constancia en este instituto de una sola carta o visita suya, de tantas como dice haber dirigido o realizado a este organismo a lo largo de 1979, ni antes o después de dicho año. Tampoco, por tanto, el instituto ha intervenido en un tema que desconoce, ni mucho menos respondido a un denunciante que nunca existió.Además de inciertas, las manifestaciones del señor Sagrera patentizan ignorancia sobre la función que el instituto tiene atribuida en esta materia; es exclusivamente la de mediación conciliadora en la reclamación. La competencia ejecutiva en la determinación de infracciones e imposición de sanciones corresponde a la Dirección General del Consumo y Disciplina del Mercado.
Por cierto que esta función de conciliación ha resuelto satisfactoriamente más de un 40% de las reclamaciones que se nos han sometido. Las no conciliadas se trasladan, para su oportuna consideración y tramitación, a los servicios de la citada dirección general./Director del Instituto Nacional del Consumo.
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