El debate del día 13, punto de partida del PSOE para derribar a UCD
El próximo debate parlamentario, previsto inicialmente para el día 13 y que podría aplazarse a causa de la asistencia de Suárez a los funerales de Tito, comienza a configurarse como el punto de partida para derribar a Unión de Centro Democrático (UCD) del Gobierno. El líder socialista Felipe González, en Valladolid y en Gijón, ha confirmado el intento de su partido por romper UCD y formar en otoño una nueva mayoría parlamentaria, de la que formaría parte algún sector centrista. Estas declaraciones han provocado nerviosismo en UCD, cuyo líder, Adolfo Suárez, que aparecía ayer preocupado en Siria -según nuestro enviado especial, parece haber decidido tomarse el máximo de tiempo preciso para preparar el debate político parlamentario con las máximas garantías de éxito.
La reacción socialista ante el posible retraso de un debate previsto desde hace veintiún días no se hizo esperar. Pedro Bofill, miembro de la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), declaró anoche que, sí se confirma el retraso por la asistencia a un funeral, el Gobierno habrá demostrado que sigue sin tener un programa, así como su incapacidad, que le obliga a «ganar tiempo ».Según informa nuestro corresponsal en Oviedo, José Manuel Vaquero, el secretario general del PSOE, Felipe González, anunció ayer una crisis de Gobierno para el otoño, por dimisión del actual Gabinete en pleno o como consecuencia de la presentación de un voto de censura en el Parlamento. En cualquier caso, agregó, «un grupo de UCD» formará parte de la nueva mayoría. El máximo dirigente del PSOE hizo estas declaraciones en el curso de una conferencia de Prensa celebrada en Gijón, en la que recordó que justamente ayer hizo un año menos un día de sus polémicas manifestaciones a favor de retirar el término «marxista» de la definición del partido -publicadas por EL PAIS en primera página-, que provocaron una fuerte reacción de contrariedad en el sector crítico, culminando con la crisis del 28º Congreso.
Cuando Felipe González se encontraba en los locales de la UGT de Gijón, fue llamado por teléfono por el vicepresidente económico, Fernando Abril, según pudo saber EL PAIS, para cambiar impresiones sobre la delegación española que asistirá al entierro de Tito.
El señor González afirmó reiteradamente que este Gobierno no será capaz de afrontar la crisis, política, económica y social de país, lo que motivará una nueva crisis del Ejecutivo en el otoño «En ese momento», agregó, «yo creo que estaremos en condiciones de formar una nueva mayoría, parlamentaria con otros partidos incluidos algunos miembros de UCD. Subsidiariamente, habría que recurrir a unas nuevas elecciones. En realidad, la dimisión del Gabinete en pleno debió producirse ya en esta ocasión, pero está claro que no se quiere reconocer el fracaso».
Felipe González matizó las declaraciones de Valladolid, que le atribuían algunos periódicos de ayer, desmintiendo haber afirmado que, con motivo del debate en el Congreso del próximo día 13, se produciría una nueva mayoría parlamentaria.
Nuestro corresponsal en Valladolid, Luis Miguel de Dios, informa que una de las frases pronunciadas por Felipe González en el mitin de Valladolid fue esta: «Hay que ir pensando en la formación de aquí al otoño de una alternativa mayoritaria que no sea la de este Gobierno, porque el país atraviesa una grave crisis política, económica y de confianza». Felipe González no aseguró que se haya producido un acercamiento entre su partido y los sectores socialdemócratas de UCD, pero reconoció que «nosotros estamos dispuestos a estudiar soluciones con quien sea; no con unas u otras personas a nivel individual, sino sobre proyectos globales y concretos de Gobierno ».
Felipe González insistió en que el Gobierno actual no va a resolver los problemas planteados, «porque siguen en él los responsables de que esos problemas existan».
El líder socialista señaló que no creía que las salidas fueran o un Gobierno de concentración o nuevas elecciones legislativas. «UCD niega que se haya producido una crisis gubernamental, porque eso significaría la dimisión del presidente y la realización por parte del jefe del Estado de una ronda de consultas para formar nuevo Gobierno», dijo. «El Gobierno de concentración», agregó, «no es bueno más que en etapas de transición porque en otros momentos invalida posibilidades de futuro».
El secretario general del PSOE se refirió, aunque en un lenguaje bastante oscuro, a la posibilidad de derribar al Gobierno y acentuó la importancia del debate del día 13. «Entonces sabremos que grupos tienen proyectos políticos globales. Nunca hemos dicho que el Gobierno no tenga soluciones a cuestiones particulares y concretas, pero nos ratificamos en nuestra creencia de que carece de un programa global».
Suárez, "otro Franco"
En el curso del mitin, después de criticar durante la política de UCD, Felipe González comparó a Adolfo Suárez «con un caballero llamado don Francisco, que murió en la cama, que nadie se olvide de ello, porque no conseguimos echarlo». «Hace lo mismo», señaló, «cambia ministros como si él estuviera por encima del bien y del mal, cuando en realidad si fracasan seis ministros, el que debe dimitir es quien los nombró, porque es el auténtico responsable; aquí no ocurre eso, sino que se juega con los ministros como si fueran estampitas».
El portavoz centrista en el Congreso, Antonio Jiménez Blanco, reaccionó ante las declaraciones de Felipe González asegurando que el líder socialista, una vez más, «se hace la ilusión de blanquear la Moncloa, pero, una vez más también, no será así. Nuestro grupo parlamentario reforzará su unidad, porque precisamente este tipo de cuestiones son las que sirven para unir verdaderamente a los grupos». Agregó que en el debate parlamentario del día 13, mientras que el Gobierno presentará una clara opción en todos los temas que están sobre el tapete, la oposición, como ya es costumbre, dijo, «carecerá de alternativas reales».
Por su parte, el diputado de Coalición Democrática (CD) José María de Areilza manifestó ayer a Radio Nacional que, ante la gravedad del panorama social y económico, y la situación de violencia, en la Cámara podría producirse otra mayoría distinta, que respaldará a un nuevo Gobierno, «lo cual no supone que la presidencia de ese Gobierno», añadió, «no recayera en otro personaje de UCD o en el propio Adolfo Suárez, o en un personaje socialista o independiente, eso es otro problema».
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