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Israel intensifica las medidas de represión en los territorios ocupados de Cisjordania

El ataque palestino en la ciudad de Hebrón (Cisjordania ocupada por Israel), en el que resultaron muertos, la noche del viernes, cinco jóvenes israelíes (soldados-seminaristas que regresaban de la oración sabática) y otros dieciséis fueron heridos, entre ellos tres muchachas, ha traumatizado a los israelíes. El Gobierno ha reaccionado expulsando a los alcaldes árabes de Hebrón y de Jalul así como al kadi (líder religioso islámico) de la primera ciudad, e instaurando en ella el toque de queda.

Estas tres personas, que figuran entre las más influyentes de la región, fueron trasladadas en helicóptero durante la noche, poco antes de amanecer, hacia la frontera israelo-libanesa, cerca de Metullah, y expulsados a territorio libanés, donde un taxi les condujo a Beirut.Por otra lado, el Gobierno militar de los territorios ocupados ha prohibido a los demás alcaldes árabes de Cisjordania que se reúnan, bajo cualquier pretexto, y que hagan declaraciones a los periodistas. Además fueron dinamitadas cuatro casas árabes, situadas en las proximidades del lugar donde se produjo el ataque palestino.

¿Tendrán algún efecto estas acciones punitivas?. Las opiniones se encuentran muy divididas sobre si la reacción del Gobierno israelí podrá detener la rápida degradación de las relaciones con los palestinos en los territorios ocupados.

«Mano dura»

Los «halcones», como el general en la reserva y ministro de Colonización, Arik Sharon, o el viceministro de Defensa, Tzipori, mantienen que hay que ir más lejos y mostrar «mano dura» en la respuesta israelí.Para Sharon es necesario «barrer y eliminar definitivamente todos los focos terroristas antiisraelíes en Cisjordania y Gaza».

Por su parte, Moshe Arens, diputado y presidente de la comisión parlamentaria de Defensa, afirma que hay que expulsar a todos los alcaldes de los territorios ocupados, favorables a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), es decir, prácticamente a la totalidad de los alcaldes actualmente en ejercicio, e intensificar la colonización judía en Cisjordania. «Esta es la única respuesta efectiva a quienes piensan que pueden estorbar nuestra presencia en Judea y Samaria», dijo.

Uno de los líderes del movimiento Gush Emunim (ultranacionalista y anexionista) ha acusado abiertamente al ministro de Defensa, Ezer Weizman, de «debilidad» ante «las provocaciones de los alcaldes pro-OLP». Según este dirigente, «esta dimisión oficial desmoraliza a los soldados, que ahora tienen miedo de actuar contra los agitadores antiisraelíes».

Para el viceministro de Defensa, Tzipori, «no es posible ningún compromiso con los palestinos; este conflicto debe ser zanjado de manera definitiva y drástica».

Los «moderados», como el presidente del Partido Laborista, Shimon Peres -líder de la oposición-, mantienen una postura más matizada. Según el dirigente laborista, hay que buscar y castigar severamente a los culpables, reforzar las medidas de protección de Hebrón, pero evitar, a la vez, perseguir a los inocentes.

Finalmente, un «paloma», como el coronel retirado y diputado del Partido Sheli (izquierda sionista), Meir Pail, considera que fue un error expulsar a las personalidades palestinas citadas más arriba. «El ataque de Hebrón no sirve a los intereses palestinos, como tampoco lo hace la represión israelí a nuestros intereses». Para él, la política de «mano dura no conseguirá detener el terrorismo, sino que contribuirá a alimentarlo».

En su opinión, sólo la búsqueda de una solución política, fundada en el reconocimiento mutuo de los derechos nacionales respectivos de israelíes y palestinos «puede sacarnos del actual estancamiento y poner fin a los "baños de sangre"».

Habitantes locales

En una conferencia de prensa convocada con carácter de urgencia en Hebrón, sobre el mismo lugar del ataque, el coordinador para los territorios ocupados, general Daniel Matt, y el gobernador general de Cisjordania, general Ben Eliezer, dieron detalles sobre la operación palestina.Según la versión dada por ambos generales, los atacantes serán tres, «o cuatro como mucho». Se trata «con toda probabilidad», de habitantes locales, es decir, de Hebrón, a juzgar por las colillas de cigarrillos encontradas sobre los puntos donde se emboscaron. Según el general Ben Eliezer, esta operación «abre una nueva etapa en el terrorismo palestino».

«La incitación política antiisraelí que llevan a cabo los alcaldes pro-OLP, y la actividad estrictamente terrorista están íntimamente vinculadas», añadió, por su parte, el general Matt.

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