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La calidad de alimentos y bebidas es aceptable, según los técnicos del Laboratorio Municipal

La calidad sanitaria de los alimentos y bebidas que se consumen en Madrid es aceptable, según los análisis realizados el pasado año por el Laboratorio Municipal. Junto a esta conclusión, los funcionarios municipales comprobaron la existencia de un fraude comercial o de un incumplimiento de la legislación vigente en el 7,8 % de las 3.500 muestras examinadas. Publicidad falsa, relación incompleta de los componentes en las etiquetas y malas condiciones del envase o del contenido fueron las principales causas de las sanciones impuestas a los industriales. Asimismo y como consecuencia del visible mal estado de determinados productos, los inspectores del laboratorio ordernaron durante 1979 que más de 900.000 kilos, en especial de frutas y verduras, fueran inutilizados y tirados.De las 3.500 muestras analizadas por el Laboratorio Municipal, organismo dependiente de la Delegación de Sanidad y Asistencia Social, 2.760 fueron recogidas previamente por los inspectores del centro en lecherías, bares, restaurantes, pescaderías, pastelerías o despachos de carne. El resto correspondió a encargos de organismos oficiales, que enviaron 422 productos; a particulares, que llevaron 256 muestras, y a análisis especiales, cuyo total fue de 62.

Como consecuencia de estos envíos y de la labor de recogida y selección de muestras hecha por los diez inspectores farmacéuticos, 42 veterinarios y cuatro médicos del Laboratorio que trabajan en la calle, se encontraron 276 productos en malas condiciones o sin cumplir la legislación vigente. «Muchas de las muestras se dieron por no aptas para el consumo porque omitían información sobre los colorantes o componentes que llevaban o porque la que ofrecían era inexacta. Comprobamos, por ejemplo, que las cervezas sin alcohol tenían hasta un 1 % de alcohol, motivo por el que dimos cuenta al Ministerio de Comercio; ahora parece que este tema se ha solucionado ya, pues las empresas dedicadas a su fabricación están cambiando las etiquetas. Otros productos incumplen la legislación, como pasa por ejemplo con los whiskies, pero se da la circunstancia de que el motivo de este incumplimiento se debe a que la legislación española es excesiva y nosotros mismos hemos pedido que la cambien», manifestó el director en funciones del Laboratorio, Antonino López.

Otras partidas, sin embargo, no tuvieron que analizarse, ya que las condiciones en que se encontraban cuando fueron examinadas por los inspectores motivaron la orden de inutilización. Esta medida y su retirada del mercado o comercio donde se encontraban se realizó principalmente por parte de los funcionarios que el Laboratorio tiene destinados en los mercados centrales. Durante el pasado año, los veterinarios del Laboratorio, en el mercado central de frutas y verduras, ordenaron retirar más de 500.000 kilos, en tanto que otros compañeros hacían la misma operación con 134.000 kilos de pescado fresco y marisco, que iban a comercializarse en el mercado central de pescados.

Con respecto a los productos que son examinados en el Laboratorio destacaron el pasado año los 109 análisis de jabones que se hicieron, de los que 62 dieron muestras deficientes, las 127 muestras de vino arrojaron un resultado de veintitrés muestras en malas condiciones, y los 66 análisis de leche motivaron la apertura de treinta expedientes.

Hasta el pasado año los productos sobre los que se hacían los análisis eran cedidos gratuitamente por los comerciantes, quienes, en caso de que el análisis diera positivo, tenían además que pagar el costo del mismo y la multa correspondiente. La negativa de muchos comerciantes a entregar sus mercancías gratis movió al Ayuntamiento a habilitar un presupuesto especial de 2.500.000 pesetas, con las que este año el Laboratorio podrá adquirir las muestras que desee.

Entre los productos examinados que suponen un mayor peligro sanitario están los llamados caseros. «Este peligro proviene de que son los que evaden más conmúnmente la inspección sanitaria. Embutidos y jamones hechos tras una matanza de animales que no han sido reconocidos por el veterinario pueden producir numerosos problemas», manifestó Vicente Landete, jefe del departamento de represión de fraudes, integrado dentro del Laboratorio Municipal.

Sin embargo, no sólo son los fabricantes caseros los que cometen infracciones, ya que se han inutilizado partidas pertenecientes a empresas multinacionales. «No es el caso más frecuente, pero hemos encontrado algunos. La mayoría de los infractores cometen fallos por no conocer la legislación, que está cambiando».

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