Sin Santiago Carrillo y Enrico Berlinguer, comienza en París la conferencia de comunistas europeos

En un moderno hotel parisiense comenzó ayer el "encuentro de los partidos comunistas de Europa, por la paz y el desarme" según reza la razón oficial de esta conferencia, convocada por el Partido Comunista francés (PCF) y por su homólogo de Polonia, el Partido Obrero Unificado polaco. Asisten a los debates, que se celebran a puerta cerrada, veintidós partidos comunistas europeos, y han rechazado la invitación nueve partidos, el español y el italiano entre ellos.

La reunión de París se está celebrando a nivel de encargados de relaciones exteriores de los diversos partidos. La delegación soviética está dirigida por Boris Ponomarev, miembro del secretariado del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Los demás partidos asistentes pertenecen a Turquía, Checoslovaquia, Suiza, Portugal, Polonia, Noruega, Francia, Malta, Luxemburgo, Irlanda, Hungría, Grecia, Finlandia, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, República Democrática Alemana (RDA), República Federal de Alemania (RFA), Bélgica, Bulgaria y Austria. Los nueve partidos comunistas que han rechazado la invitación franco-polaca son los de España, Italia, Gran Bretaña, Países Bajos, Suecia, Islandia, San Marino, Yugoslavia y Rumanía.El objetivo de la reunión, según se leerá hoy mismo en el comunicado final en forma de «llamamiento», consiste en alertar a la opinión mundial sobre los peligros de guerra, a causa de los «proyectos hegemónicos del imperialismo americano» (así decía el periódico soviético Pravda de ayer). En ese llamamiento los partidos comunistas asistentes a la reunión de París pedirán que la OTAN retire sus misiles Pershing del suelo de Europa occidental, y solicitará también la ratificación de los acuerdos SALT II y la convocatoria de una conferencia de todos los Estados europeos sobre el desarme. En la reunión parisiense no se abordará el problema afgano.

Los partidos comunistas no asistentes a los trabajos de París, como los observadores y medios oficiales de Occidente,- no - analizan la convocatoria y el objetivo de la reunión de igual manera que los presentes en París. Muchos piensan, como el líder del comunismo español, Santiago Carrillo, que la iniciativa de la reunión es de Moscú. Según los comunistas yugoslavos, «esa conferencia ha sido concebida con el único objeto de desviar la atención de la opinión de izquierdas de los graves problemas creados por la invasión soviética»..

El último «concilio» de los partidos comunistas europeos se celebró en Berlín, en 1976, tras dos años de preparación. Ahora, la convocatoria ha sido casi «espontánea» y parece seguro que el documento final, inspirado de antemano por los soviéticos, ya se conocía antes de iniciarse la reunión de París.

Por todo ello, de igual manera que en Berlín los partidos eurocomunistas, el PCF incluido, marcaron tantos al manifestar su «derecho a la diferencia» en París ahora la ausencia de esos partidos y la «traición» del PCF se revelan como una división seria del comunismo europeo que, para no pocos, significaría «el entierro del eurocomunismo».