Dirigentes del PSOE y del PCE descartan una ruptura del pacto municipal de izquierda
Las relaciones entre los partidos socialista y comunista son frías en estos momentos, pero no existen indicios de ruptura de los pactos municipales. Miembros de las direcciones de ambos partidos se expresaron ayer en este sentido, con más calor por parte del PCE en mostrar la inexistencia de problemas serios, y mayores reticencias del PSOE en cuanto al balance global de las relaciones entre socialistas y comunistas. La situación actual refleja las dificultades inherentes a una contradicción: existe un agudo enfrentamiento entre las centrales sindicales próximas a ambos partidos, pero el PSOE precisa la colaboración municipal del PCE para mantener las alcaldías, al menos mientras no tenga decidida otra política de alianzas.
La cuestión de una eventual ruptura PSOE-PCE ha saltado públicamente como consecuencia de la estancia de Felipe González en Barcelona, el pasado viernes, para intervenir en la campaña sindical de la empresa Seat. En esta última van a celebrarse elecciones en fecha inmediata. UGT, la central de inspiración socialista, apoyó en su día el acuerdo con Fiat, mientras Comisiones Obreras se opuso al mismo; ahora, las elecciones sindicales se producen en un momento de crisis de las relaciones Fiat-Seat. La situación está muy caldeada en dicha empresa, y Felipe González ha querido intervenir personalmente en el asunto, con el dato añadido de que al llegar el viernes a la sede de UGT en Barcelona fue recibido con gran hostilidad por un grupo de militantes de Comisiones. Parece que algunas personas golpearon incluso el coche de Felipe González.Estos datos permiten comprender el estado de ánimo con que el secretario general del PSOE hizo su intervención ante los ugetistas catalanes. En el curso de la misma, Felipe González atacó a Comisiones Obreras y al partido " comunista, tanto por el tema específicamente sindical como por la cuestión de las relaciones entre socialistas y comunistas en los ayuntamientos. Estas, son especialmente complicadas desde que Comisiones Obreras apoyó una huelga de transportes en Barcelona, durante la campaña electoral al Parlamento catalán, y a ello se refería el líder socialista cuando dijo que no se puede hacer una política en los ayuntamientos y otra en la calle.
La importancia de explicar bien este contexto viene dada por el episodio informativo ocurrido en la noche del viernes; las palabras de Felipe González en Barcelona provocaron un despacho de agencia con el resonante anuncio de una inmediata ruptura del pacto municipal PSOE-PCE, seguido de una no menos resonante rectificación.
De todo este asunto queda una impresión bastante clara, avalada por los dirigentes socialistas que fue posible localizar ayer en Madrid: Felipe González ha hecho una advertencia más al PCE para que controle a sus afiliados y simpatizantes, a fin de que éstos no protagonicen más problemas con el PSOE, pero además la dirección del partido socialista ha aprovechado la confusión informativa para reforzar el carácter de la advertencia, dejando claro que si bien no existe decisión de romper los pactos, tampoco cabe descartar una «revisión global» de los mismos.
Preparativos para el debate parlamentario
Se da la circunstancia adicional de que el día 13 de mayo está prevista la realización de un debate parlamentario en el Congreso de los Diputados, en torno a la política del Gobierno. Carece de sentido pensar que el PSO vaya a romper los pactos con el PCE en estos momentos -razonan fuentes socialistas-, cuando de lo que se trata es de atacar al Gobierno.De cara a dicho debate, está prevista la realización de dos reuniones de la ejecutiva del PSOE. La tesis de partida es que el Gobierno carece de proyecto político, que no tiene voluntad de llevar a cabo un proyecto y que tampoco cuenta con apoyos para el caso de que llegase a definir un plan.
Según el dirigente socialista Javier Solana, habitual redactor de los borradores de discursos de Felipe González desde la etapa inaugurada con el congreso extraordinario del PSOE -en otoño pasado-, se trata de «buscar un Gobierno que ofrezca un proyecto, que tenga voluntad de llevarlo a cabo y que encuentre los apoyos necesarios». El proyecto tiene dos líneas políticas, que son la construcción del Estado de las autonomías y la democratización de la Administración, además de las respuestas a la crisis social y económica, y de la adopción de una política propia respecto a la grave tensión internacional. Javier Solana consideró «prematuro» pronunciarse sobre la hipotética posibilidad de que el PSOE contara con más apoyos que UCD para llevar adelante ese proyecto; otros dirigentes socialistas se limitaron a indicar la necesidad de una mayoría.
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