Gromiko, en Paris
( ... ) El diálogo franco-soviético está condenado a quedar limitado porque se celebra sobre un fondo de confusión que reina tanto en el Este como en el Oeste. En efecto, si en Francia se perfila una grave crisis atlántica de la que podía aprovecharse la URSS, también en la URSS se delinea una amplia crisis intercomunista sobre el tema de la invasión afgana. Al mismo tiempo, París habla a Moscú desde posiciones que han cambiado mucho desde hace cuatro meses. Mientras después de Kabul, Francia creía que la URSS se retiraría de Afganistán y asumía una actitud duramente antiamericana, ahora se ha visto obligada a anunciar que muchas premisas de su política exterior han caído, que la ocupación de Kabul parece permanente y que la URSS debe hacer un gesto. Cosa que difícilmente puede hacer la URSS, cuando a sus espaldas se agrieta la solidaridad intercomunista.Pese a la confusión que reina, en los dos campos, el viaje de Gromiko tiene un significado. Es la hora de la verdad Este-Oeste, como afirma Raymonid Aron.
24 de abril
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