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Un minero se prende fuego para pedir la libertad de seis compañeros de Gaiztarro

Una persona identificada como Joaquín Sáenz Jiménez, de 34 años y vecino de la localidad de Fabero, resultó con heridas graves a mediodía de ayer en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada, al rociarse con gasolina y prenderse fuego a continuación, como protestas de Gaiztarro protesta por la detención de seis mineros de Antracitas de Gaiztarro, acusados por el juzgado número uno de Ponferrada de «supuesto delito de secuestro».

El trabajador, también minero y perteneciente a la plantilla de la empresa Hijos de García Simón, intentó quemarse a lo bonzo durante una concentración de trabajadores que habían acudido desde Fabero para interesarse por los detenidos, que habían sido llamados a declarar por el juzgado tras una denuncia del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste.A primera hora de la tarde de ayer fuentes de la residencia de la Seguridad Social de Ponferrada, en cuya sala de reanimación quedó internado el herido, manifestaron que este iba a ser trasladado en breve a un centro hospitalario de Bilbao, tras apreciársele quemaduras de primer y segundo grado en el 50% de su cuerpo. El estado de salud del herido fue calificado por las mismas fuentes de muy grave.

La detención de los seis trabajadores, que inmediatamente después del suceso fueron puestos en libertad por el juez, estuvo motivada por un encierro protagoizado días atrás en el Grupo Jarrinas, de la empresa Antracitas de Gaiztarro, también perteneciente a la localidad de Fabero, por un grupo de 32 trabajadores que durante una semana mantuvo retenidos en el interior de las galerías a tres ingenieros y facultativos de minas. La protesta de los mineros fue provocada por el traslado a puestos de trabajo de baja remuneración de un grupo de mineros, afiliados en su mayor parte a Comisiones Obreras, que anteriormente habían mantenido frecuentes enfrentamientos con la empresa. Los técnicos habían sido puestos en libertad el pasado martes, día 22, tras ofrecerse para ocupar sus puestos dos representantes de Comisiones Obreras y UGT y el diputado del Grupo Mixto, Andrés Fernández.

Uno de los ingenieros, Jesús Crespo Gutiérrez, prestó declaración en el juzgado poco después, afirmando haber sido retenido contra su voluntad, lo que, según fuentes sindicales, dio lugar a las detenciones.

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