Abierto en Madrid el Encuentro de Periodistas Europeos
En la lucha por conseguir una información cada vez más democrática e independiente desempeñan un papel fundamental las organizaciones de periodistas, que deben preservar la información de la manipulación de los empresarios, del Estado, de los políticos y de otros grupos de presión.
En esta línea se pronunciaron ayer el presidente de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Paul Parisot, el presidente honorario de la Organización Internacional de Periodistas (OIP), Jean Maurice Hermann, y el presidente del Club Europeo de Periodistas, y experto en el estudio de sociedades de redactores, Jean Schwoebel, en la sesión de apertura del Encuentro de Periodistas Europeos, organizado en el Club Pueblo de Madrid, por CC OO, UGT, Unión de Periodistas, y Unión de Periodistas Deportivos, con la colaboración de la Diputación de Madrid.Sobre el tema de la organización de los periodistas en Europa, primero de los cuatro temas que se debatirán en estas jornadas, Jean Parisot, tras explicar de qué manera funciona la Federación Internacional de Periodistas (que agrupa tanto a titulados que trabajan fijo en redacciones, como a los que ejercen la profesión por libre) dijo que es importante que los periodistas se controlen de forma colectiva. «El control, y no el autocontrol, equivale también a asumir las propias responsabilidades. No deben ser fuerzas ajenas a la información quienes la controlen. Deben ser los lectores y los productores de la información». En el concepto práctico de control Jean Parisot incluyó también la necesidad de que los periodistas tengan la posibilidad de intervenir en la gestión de la información.
Respecto a las vías de acceso a la profesión y al carné profesional, explicó que en Europa, y más concretamente en Francia, acceden a la profesión tanto los que se han formado en universidades u otros centros de enseñanza para periodistas, como los que se han formado por libre, es decir los autodidactas. «Creemos que en España esta anomalía desaparecerá pronto, porque nosotros también tuvimos esta discusión y decidimos que todos los periodistas, los del título y los de la práctica, caminaran a la misma altura». Respecto al carné, señaló que lo da una comisión paritaria de organizaciones profesionales y sindicatos de prensa.
Jean Maurice Hermann partió en su exposición de la premisa de que la información encierra en sí una gama de actividades especiales y que hoy en día un periódico «ya no es un equipo de luchadores por la búsqueda de la verdad, sino que es una empresa industrial y comercial dominada por el afán de beneficios, por el fácil aumento de tirada, con lo que desaparece su principal misión, que es informar».
Ante este estado de cosas, los periodistas deberían ser protegidos en primer lugar, según la opinión de Jean Maurice Hermann, de la arbitrariedad de los patronos. «Los periodistas son asalariados, pero no como los demás. No pueden permanecer indiferentes con respecto a los efectos de su trabajo. La información no es sólo una mercancía, tiene unos efectos directos sobre el público».
Jean Maurice Hermann se pronunció favorable a una legislación sobre la prensa y los periodistas siempre que sirva a unos intereses generales y que proteja al público en los abusos de la información. Sobre el acceso a la profesión admitió las dos vías, la de la universidad y la de la práctica, pero dejó bien claro que «es periodista aquel que ejerce la profesión en una o varias empresas y que obtiene la mayoría de sus ingresos de esta profesión». «La condición de periodista deriva», dijo, «de la función social que desempeñan, no de los títulos que tiene».
El último periodista invitado, Jean Schwoebel, recordó que la actual batalla informativa española es muy parecida a la que el libró en Francia después de la guerra. «Estáis en un buen camino», dijo. Recordó sus contactos con periodistas del desaparecido diario Madrid. «Entonces entendí, y ahora lo corroboro, hasta qué punto los periodistas españoles son sensibles a la democracia en la información. «Estoy convencido», dijo, «que no hay verdadera democracia si no existe una información en la que puedan participar tanto los fuertes como los débiles. La función de practicar una información sólida confiere a los periodistas derechos y deberes. Para conseguir estos fines hemos unido la sociedad de redactores de Le Monde a la Federación Internacional».
Schwoebel terminó explicando la finalidad del Club Europeo de Periodistas, que él dirige, y las actividades del mismo, entre las que figuran la publicación mensual de un suplemento en quince periódicos, entre ellos EL PAIS, con el fin de potenciar el diálogo informativo entre países pobres y ricos, fuertes y débiles.
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