Crisis con tres formas
«Tres formas de remodelación ministerial eran posibles, dentro del contexto de las fuerzas políticas con peso en el Congreso. La primera de ellas consistía en ampiliar el soporte parlamentario del Gobierno mediante la colaboración de las minorías nacionalistas catalana y/o vasca a cambio de representación ministerial. La segunda, un simple retoque de nombres por desgaste o floja gestión del titular coyuntural. La tercera, una revisión a fondo del equipo y del estilo gubernamentales.Dichas tres formas, de hecho, han quedado reducidas a dos, porque ni vascos ni catalanes tienen el menor interés en gobernar en Madrid y cooperar comprometidamente a la salvación general. Han optado por insularidades políticas que estimamos como el mayor mal de la actual situación. Pero así ha sido y no de otra manera.
La opción entre las otras dos formas es, a nuestro juicio, un problema de oportunidades. Ambas tienen inconvenientes y ventajas casi por mitades matemáticas. En efecto, no sustituir ahora a algunos ministros gastados en esprera de una recomposición a fondo significa enquistar los problemas, no resolverlos. Hacer la gran remodelación antes de que los problemas internos del propio partido gobernante hayan tenido una clarificación en el órgano apropiado -por ejemplo, el Consejo Político- equivale a operar sin el contraste de que los cuadros medios del partido autoricen o avalen la cirugía necesaria. Eso es practicar la gran política con sólo un pequeño círculo de iniciados, viciosa práctica que no contribuya a fortalecer el partido en el Gobierno. (...)».
17 de abril
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