Funeral por los dos guardias civiles asesinados en Irún
El funeral por los dos guardias civiles acribillados a balazos el miércoles por la noclhe en el complejo aduanero de Irún, se celebró al mediodía de ayer en la capilla del hospital militar de la capital guipuzcoana, sin que se produjeran más incidentes que las clásicas escenas de dolor de los familiares y amigos de las víctimas. Finalizada la ceremonia religiosa, los féretros con los cadáveres de Luis Marcos García y José Torralba López, fueron trasladados a sus localidades de origen, en Córdoba y Tenerife, donde recibirán hoy sepultura.
Momentos antes de comenzar el oficio religioso, un gran número de policías, guardias civiles y soldados se apostaron, en un despliegue espectacular en las proximidades del hospital militar, desde donde vigilaron estrechamente el edificio.El sacerdote oficiante abogó en su corta homilía por la paz y reconciliación, al tiempo que señalaba que los féretros presentes en el recinto religioso -estaban cubiertos con la bandera española- deberían convertirse en tribunales por los que estaría obligada a pasar toda la sociedad. En más de una ocasión, un reducido grupo de mujeres, sin levantar excesivamente la voz, definieron a Euskadi como «un país maldito».
Doscientas personas aproximadamente -la mayoría miembros de la Guardia Civil, policía y Ejército- siguieron la ceremonia en la que también estaban presentes las autoridades militar y gubernativa de la provincia junto al diputado general de Guipúzcoa, Xabier Aizarna y el alcalde de la ciudad, Jesús María Alcain, ambos del Partido Nacionalista Vasco. Concluido el acto, y tras entonarse el himno de la Guardia Civil, unidos a vivas al propio cuerpo, al Rey y a España, los asistentes saludaron militarmente a los féretros en el momento en que, acompañados de numerosas coronas, eran introducidos en los furgones fúnebres.
Los dos guardias civiles muertos a tiros fueron sorprendidos por el comando armado en el momento en que despachaban en su cabina una ficha de un camionero santanderino, que se arrojó al suelo al oír las primeras detonaciones. También se ha podido saber que una de las víctimas, José Torralba López, llevaba únicamente cinco días en su nuevo destino del puesto fronterizo. A últimas horas de ayer no había aparecido el vehículo utilizado por los agresores en su acción.
Por otra parte, ayer el tránsito era normal en los distintos pasos fronterizos, que habían permanecido cerrados durante cuatro horas tras el atentado.
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