Enrico Berlinguer inicia su visita a China
Enrico Berlinguer, secretario general del Partido Comunista italiano, el más poderoso en la Europa occidental, llegó ayer a Pekín, en una visita oficial de nueve días, después de la cual también visitará Corea del Norte, por espacio de dos jornadas. Acompaña a Berlinguer el responsable de las relaciones exteriores del partido, Gian Carlo Pajetta, verdadero artífice de este viaje, después de dos años de negociaciones y encuentros sutiles por ambas partes, según informa desde Roma Juan Arias.
Berlinguer fue recibido en el aeropuerto de Pekín por su homólogo chino, Hua Yaobang, flamante secretario general del PC chino y hombre muy vinculado al viceprimer ministro, Deng Xiaoping, y por Ji Pengfei, encargado de relaciones exteriores del PC chino.El viaje es seguido con cierta inquietud en la Unión Soviética, tanto por el estrechamiento de vínculos con los comunistas de Pekín, como por la coincidencia con la negativa de los comunistas italianos a asistir a la cumbre de pecés europeos en París. Pero, recientes declaraciones de elevados miembros del, PCI, como Adalberto Minucci, miembro de la dirección del PC italiano, atemperan el viaje. Este último declaró que la visita de Enrico Berlinguer obedece al deseo de reemprender el diálogo con los chinos, «y esto no va dirigido contra nadie».
Incluso en la capital italiana se piensa que el propio Berlinguer, que repitió aquellas mismas palabras a su salida de Roma, trató de restarle importancia al viaje, cara a la URSS, veraneando en la Unión Soviética el año pasado e incrementando, en las últimas semanas, los viajes de altos dirigentes del PCI a Moscú.
De todas formas, el PC italiano ha considerado el viaje como «histórico». El propio Berlinguer se encargó de matizar, antes de su salida hacia Pekín, que no tiene intención «de hacer propaganda del eurocomunismo» en el transcurso de sus entrevistas en China.
Berlinguer y sus cuatro acompañantes, el ya mencionado Pajetta más Antonio Rubbi, Angelo Oliva y Silvana Damieri, se entrevistarán con el presidente Hua Guofeng y con el hombre fuerte del régimen chino, Deng Xiaoping. Todo ello significa, como lo expuso ayer el órgano oficial del PC chino, Diario del Pueblo, que las cuestiones ideológicas que separaron a ambos partidos en la década de los sesenta han quedado definitivamente enterradas.»
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