Segovia: las dificultades de gobernar un monumento nacional
Segovia ciudad no pasa de sus 50.000 habitantes por las noches. Una ciudad elegida por las agencias de viaje para pasear a los turistas y conducirlos después a continuar la ruta del románico. Una ciudad de paso, que en fines de semana se llena hasta los topes durante el día, ha generado lentamente una gran proliferación del comercio y el souvenir. «El PSOE», reconoce el concejal socialista Ricardo Cáceres, «se equivocó al buscar el voto obrero en las municipales y olvidar el voto de intelectuales y artistas, que, aquí, se abstuvieron.»Antonio Ruiz, arquitecto y ex consejero de Bellas Artes, piensa que los políticos del Ayuntamiento no se preocupan por abordar el problema urbanístico de la ciudad más que en ocasiones especiales, «como cuando la izquierda decide apoyar una protesta por la tala de olmos en el paseo Nuevo y nadie dice nada cuando se derriba una casa en la plaza de la Rubia».
Trece concejales de UCD, siete del PSOE y uno del PCE gobiernan la vida de la ciudad desde el pasado 3 de abril de 1979. José Antonio López Arranz, abogado y alcalde centrista, estima que la historia política del último año en el Ayuntamiento de Segovia está marcada por la dificultad de integrar a concejales, técnicos y funcionarios en el trabajo municipal, por encima de las doctrinas de partido. «PSOE y PCE han pasado de ser adversarios a colaboradores, se han integrado en la idea de colaboración, aunque a veces sale a flote la labor puramente partidista.» El programa municipal conjunto, «práctica, aunque no teóricamente consensuado», según el señor López Arranz; «impuesto», según los socialistas, se basa fundamentalmente en sanear la hacienda municipal, modernizar la máquina burocrática, eliminar diferencias entre el funcionariado y conseguir una democratización interna del organismo municipal.
El presupuesto del Ayuntamiento ascendía a 280 millones de pesetas cuando la Corporación democráticamente elegida llegó al Ayuntamiento. La deuda municipal ascendía a trescientos millones. «Una situación financiera caótica», según Ricardo Cáceres, «consecuencia de la megalomanía dictatorial de anteriores alcaldes, que permitieron, además, una sobrecarga de personal y funcionarios designados que no hacían nada.» En el último año se aprobaron dos presupuestos de liquidación de deudas y consiguió rebajarse la cifra a 160 millones de pesetas en el pasivo del Ayuntamiento. «Los gastos de personal ascendían al 78% del presupuesto. Hoy hemos reducido esa cifra a un 65%.»
Unos contribuyentes disciplinados
Capítulo aparte merece el aumento de impuestos municipales, que en ocasiones ha subido hasta un 100%. La reacción del pueblo de Segovia ante las nuevas tarifas, contrariamente a lo que ha sucedido en otros ayuntamientos, ha sido positiva. En plazo voluntario de recaudación han pagado el 50% de los ciudadanos el impuesto municipal de circulación, y el 80% de ellos, el de servicio de agua. Esta notable participación ciudadana en los pagos de impuestos es aún más espectacular si se tiene en cuenta que se ha eliminado el cobro de recibos casa por casa y que son los propios vecinos los que deben ir al Ayuntamiento a pagar. El proyecto socialista inmediato es proponer al pleno una emisión de deuda pública por valor de doscientos millones de pesetas para abordar el plan de saneamiento de los tres ríos de la ciudad -Eresma, Clamores y Tejadilla-, así como para construir una planta depuradora de aguas.
La actual plantilla del Ayuntamiento asciende a cuatrocientas personas. «La mayoría de las plazas», dice el alcalde, «se cubrieron por recomendación. Es muy frecuente el que haya familiares en diferentes puestos y en ocasiones la reestructuración, el adecuar a las personas y buscarles el sitio en el que mejor puedan rendir se convierte en cuestión de agresión personal. » En opinión del señor Cáceres, la democratización interna no es posible hasta que no haya una nueva ley de Régimen Local. «La ley actual es presidencialista y favorece al centralismo.»
Todo esto se ve favorecido por el hecho de que los cargos de algunos funcionarios responden a antiguos favores y a que algunos centristas desconfian de la democracia. Uno de los concejales de UCD dijo hace poco en un pleno: «Esta democracia que nos han traido ... », y ese concejal es el portavoz de UCD.
Prácticamente todos los sueldos de funcionarios han subido en el último año entre un 15 % y un 30 %. «Hemos intentado», dice el alcalde, «eliminar las diferencias abismales que había en los salarios, entre gente que había el mismo trabajo.»
Los socialistas dicen que la campaña electoral de los centristas estuvo basada en ofrecer al electorado una sensación de que nada iba a cambiar más que lo imprescindible: «Han ocupado el espacio político de AP.» Sin embargo, salvo en ligeras excepciones, el cambio realizado por los socialistas no pasa de ser puramente testimonial, aun reconociendo su franca minoría en el pleno. «Propondremos el cambio de nombre de la que todavía hoy es plaza de Franco por su antiguo nombre de plaza Mayor.» Sin embargo, esta moción será presentada después del próximo día 27 de abril, día en que Fuerza Nueva ha anunciado una concentración regional en esta plaza a la que se asoman la catedral, el Ayuntamiento y el viejo teatro Juan Bravo. «Queremos», dice el concejal socialista, «que este teatro sea municipalizado y se convierta en una especie de taller cultural. Queremos suprimir el tráfico de la plaza y ganarla para los peatones y las manifestaciones artísticas al aire libre. Este es un proyecto de trescientos millones para el que esperamos contar con la participación de las cajas de ahorro y el Estado.
El pasado día 12 de julio, a las tres de la madrugada, se talaron trescientos árboles en el Paseo Nuevo de Segovia para facilitar la conversión de uno de los bulevares más hermosos de la ciudad en vía rápida y moderna de hormigón y asfalto. Los partidos de izquierda, movimientos ecologistas y numerosísimos vecinos protestaron por una decisión calificada por Alvaro Hernández, ingeniero del Icona, como un atentado. Al concejal socialista Ricardo Cáceres se le instruyeron diligencias por ordenar la detención del ingeniero jefe de las obras. Nueve meses después de la tala, el alcalde insiste en que volvería a adoptar la misma decisión: «Era un problema que venía de antiguo y la ejecución nos pilló recién llegados. Conseguir una subvención estatal de 43 millones no es tan fácil en un sitio tan pequeno y no se podía tirar por la borda ese dinero. Se ha querido dar trascendencia al presunto arboricidio cuando esta ciudad es muy rica en árboles y los famosos olmos, viejos y podridos, fueron directamente a la basura.»
«Vamos», dice Ricardo Cáceres, «que si nos dan 43 millones para pintar de blanco el acueducto, lo invertimos en cal por no despreciar la subvención. La tala se hizo de madrugada, pocas horas después de una comisión permanente, en la que no se dijo nada a los tres concejales socialistas que asistíamos. »
Recientemente se ha adjudicado, a la baja, el Plan General de Ordenación Urbana de Segovia al equipo del arquitecto Rodríguez Mesones en una cantidad de cuatro millones de pesetas. Este tema ha causado un gran revuelo en Segovia, toda vez que el Plan General anterior es de 1966 y autorizaba, entre otras cosas, a construir en paraje pintoresco. «El plan ahora adjudicado», dice el alcalde López Arranz, «puede resolver positivamente el problema de escasez de suelo urbano que padecemos. El casco urbano de la ciudad tiene abundantes edificios que son instalaciones niflitares y antiguas industrias que no funcionan, pero que, dado su carácter monumental, son intocables y, poco a poco, se convierten en basureros dentro de la ciudad. »
Ricardo Cáceres explica que los socialistas se opusieron a la adjudicación del Plan General en las condiciones que se ha hecho. «Es una barbaridad que el plan se haya adjudicado a la baja y una de las cláusulas dijera que será un condicionamiento favorable para la adjudicación el que se realice en el menor plazo de tiempo posible. El equipo anterior que estudió este plan, formado por los arquitectos García Lanza y Orbe Cano, decidieron no continuar por la escasez económica y pidieron un suplemento de diez millones. Es curioso también que se haya adjudicado el plan contra la opinión del representante del colegio de arquitectos. UCD necesita los dos tercios de votos en el pleno para aprobar este plan y no los tiene. »
Otro tema que ha levantado gran expectación en Segovia es el anteproyecto de ley de patrimonio histórico. Según esta ley, que aún no se ha discutido en el Parlamento, los propietarios de inmuebles situados en un conjunto monumental estarían exentos del pago impuesto de patrimonio y algunos otros con que ahora están gravados. Segovia, junto con Toledo y Santiago de Compostela, son las tres únicas ciudades consideradas y declaradas monumento nacional en todo el casco antiguo. «Esto puede ser muy positivo para el casco antiguo de Segovia», dice Antonio Ruiz, ex consejero de Bellas Artes, que dimitió como protesta por la construcción de edificios en zonas protegidas. «El casco antiguo de Segovia está deshabitado en un 50%, porque los propietarios no pueden mantener los edificios y han de pagar unos impuestos muy elevados. Se da el caso de que algunas casas han sido compradas por personas no residentes en la ciudad, que quieren estas casas para algún fin de semana y unos meses en verano. Lo cierto es que esta situación destroza la vida y el alma de la ciudad. Con estas medidas que apunta la nueva ley se podría recuperar la vida del casco antiguo.»
Aplicar de una vez las leyes vigentes
Antonio Ruiz piensa, sin embargo, que no se inventa nada nuevo. «Este tipo de actuación estaba recogido en la ley de 1931.» «Lo primero que habría que hacer», continúa, «sería catalogar los edificios a los que se aplicaría esa ley, pero hay de por medio un grave problema de falta de cultura y de ética. Entre otras razones, dimití porque en el patrimonio hay gente que es juez y parte, arquitectos que dictaminan y proyectan.» Respecto al Plan General, el señor Ruiz piensa que se parte de un grave error, y es el de trabajar con planos erróneos
Segovia, una ciudad en la que el Consejo de Europa quiere aplicar su proyecto cinco a dos de mantenimiento y potenciación de monumentos, no ofrece, a cambio algo tan elemental como el conocimiento integral de su patrimonio. La iglesia de la Vera Cruz, de la que no se disponía de planos, ha tenido que ser medida por un equipo de expertos polacos subvencionados por la Unesco.
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