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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Prospectiva: política y utopía

La ciencia ya no sólo la exploración y fórmulación de leyes a la manera de las ciencias naturales. La ciencia incorpora las intenciones y propósitos humanos y se convierte en las ciencias de lo artificial (entendido como transformación de la naturaleza), en las ciencias del diseño que abordan desde el diagnóstico de las situaciones, actuales, al análisis de las situaciones preferidas y las estrategias de paso de unas a otras. La reflexión, la comprensión, no quedan así separadas de la acción; ni el pensamiento científico del técnico. La capacidad artística, la comprensión y transformación del medio, de representación e incorporación de intenciones y valores, vuelve a ser asumida por la ciencia. Ya no podemos hablar de las tópicas disecciones entre la cultura científica y literaria, entre la «técnica» y la humanista. Allí donde se origina el pensamiento innovador, en la frontera del conocimiento, lo que los epistemólogos llaman «área de descubrimiento» no es posible separar el proceder del artista, del científico, del técnico, del político, del díseñador, del filósofo o del poeta.En este marco hay que entender a la prospectiva como un desarrollo interdisciplinar en la búsqueda de una síntesis, dado que el mundo científico y tecnológico es cada vez más parcelable, especialista y analítico. La prospectiva es una ciencia de diseño y es también la avanzada de la innovación disciplinar, científica y técnica. La prospectiva tiene entre sus objetivos la ayuda a la decisión, la planificación, la previsión, el evitar futuros no deseados y proponer y construir los posibles y esperados.

La prospectiva es una simulación de futuro que enseña a tomar decisiones en el presente, su acercamiento es imaginativo y no convencional, intenta dilucidar, aprehender y abordar aquellos fenómenos que otras disciplinas han cuantificado, metrizado y teorizado.

Los agentes constructores del futuro son muy numerosos, tanto como los seres humanos, grupos, naciones, sus intereses y objetivos. Los que sueñan con un futuro determinado, los que no saben ni vislumbran la viabilidad de un futuro compartido, los que tratan de imponer su futurible a los diversos agentes. necesitan rigidizar su pensamiento y su acción.

La prospectiva no es la panacea, pero sirve como técnica de ayuda á la decisión, porque sitúa el discurso del problema en un ámbito donde habitualmente las ideologías dan por supuestos sus postulados.

El intento de la prospectiva es recoger las expectativas de futuro que tienen las distintas cosmovisiones. En el fondo es un diálogo no político que busca un mínimo antropológico: el sueño de una humanidad solidaria, integrada y realizada.

La política, en su más amplio sentido, y la planificación dependen de una visión prospectiva, sea explícita o no. Las estrategias, tácticas y procedimientos que tratan de conseguir ciertos objetivos no son más que el diseño y la acción transformadora debidas a una imagen de futuro deseado.

Si se establece una política sin la referencia prospectiva y de planificación, sin contar con los agentes sociales participantes en la transformación, nunca se podrá ni evaluar, ni controlar, ni medir el fracaso, ni afrontar el riesgo, ni si quiera permitirá un debate técnico, social o parlamentario. Las políticas sin horizonte no son tales, sino intrigas, maniobras; pueden resolver, a lo más, problemas a muy corto plazo, hipotecando el medio y largo plazo. Es el tente mientras cobro del político que dejatras de sí problemas y conflictos "hacerse responsable de lo que es posible la historia y la sociedad le hagan culpable. Esta eá la política persona lista y oportunista, pero no es la política democrática, ética e inteligente.

Tomar decisiones implica seleccionar y elegir alternativas para conseguir ciertos fines. Las metas están siempre en el futuro. La elección de metas, la selección de alternativas, se hacen en el presente. Es aquí donde los tiempos se enlazan, donde la reflexión y el pensamiento conectan con la acción, donde la planificación y la política tienen el poder de la transformación con contenido. Donde la acción política descansa en el arte de la anticipación es la sabiduría de la prudencia, y ésta no es el conservadurismo reaccionario y puritano, sino el joven y pionero deseo de avanzar buscando una sociedad solidaria, el verdadero progresismo.

¿Cuáles son, pues, las relaciones entre presente y futuro y cómo abordarlas prospectivamente?

La mirada prospectiva al presente pretende descubrir en el sistema observado aquellos gérmen es de cambio (HPF, hechos portadores de futuro) y los caminos ya iniciados de transformaciones previsibles (tendencias). Este es un análisis que no pretende describir la globalidad de los elementos, las relaciones y el comportamiento de un sistema, sino discernir, valorar, estimar y aislar los aspectos (tanto relacionales, como la posible aparición de elementos ignorados) que pueden tener influencia en el comportamientó futuro del sistema.

Otro ejercicio prospectivo, se aproxima a los procedimientos empleados por la previsión económica. Es el análisis diacrónico que indaga las tendencias y prolonga los hechos portadores de futuro. Los escenarios tendenciales son los futuros lógicos de un sistema, supuesto que ninguna no prevista intervención o fenómeno sorpresa venga a alterarlos. Incorpora, eso sí, todos los cambios y transformaciones percibidos en la diagnosis de presente pero su discurso depende de esta base.

Un habitual ejercicio prospectivo es levantar. la mirada al horizonte y elaborar escenarios de una sociedad deseada donde los individuos puedan realizar sus fines, donde sea posible la justa regulación de derechos-deberes, donde los objetivos sociales y comunitarios sean satisfechos.

Distintas ideologías, filosofías de la historia, antropologías y cosmologías ofrecen sus imágenes de futuro y sueñan con una sociedad utópica que cada vez se hace más lejana en el tiempo. La utopía llega hasta ser con Manheim una sociología del conocimiento, un cierto modo de asegurar un precario consenso en el inestable equilibrio de un Conocimiento crítico que, en continua revisión, ha perdido las referencias a lo universal y absoluto.

El valor prospectivo de la utopía es el de la imagen,el de la ilusión, el de sueño por realizar, el de la convicción por llegar, el de dar fuerzas para el caminar, el de la fantasía por alcanzar; pero es también la posibilidad del desprejuicio, del encuentro con alternativas no sospechadas, el hallazgo de lo sorprendente, el optimismo del que espera. La utopía es un ejercicio intelectual, que ilustra los desaciertos del presente al contrastarlos con la armonía del modelo. La utopía es, como la de santo Tomás Moro, una posibilidad de entreabrir, de acertar con el futuro deseado, para así transformar el presente insatisfactorio.

Así, las proyecciones «deseadas» sirven como objetivo de diseño, como control de las proyecciones tendenciales y son corregidas a su vez por éstas. Los futuros probables dependen, pues, del estado del presente, de su potencialidad, de los recursos previsibles en el tiempo y, por supuesto, de la intervención, la decisión, además de la acción de diseño debida a la interiorización y logro de imágenes sociales comunes.

María Victoria Gutiérrez Guitián es arquitecta y miembro del Capítulo Español del Club de Roma.

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