El PSA de Sevilla rompe el pacto con la izquierda en política urbanística
El pacto municipal de la izquierda, que llevó a la alcaldía de Sevilla al nacionalista Luis Uruñuela, puede quedar definitivamente roto aunque se mantenga de modo formal, tras la decisión del propio alcalde de firmar personalmente un acuerdo con los promotores del Polígono Aeropuerto, un proyecto gigantesco para construir una ciudad capaz de albergar a 120.000 personas en las proximidades del aeropuerto de San Pablo. Socialistas y comunistas anunciaron ayer a EL PAIS que votarán en contra del acuerdo en el pleno que se celebrará en los próximos días sobre el tema, en tanto que UCD y PSA apoyarán la postura de Uruñuela.
En opinión de algunos observadores municipales, el pacto del PSA, PSOE y PCA, bastante deteriorado en los últimos meses, quedará virtualmente liquidado a causa de las divergencias radicales que los tres partidos muestran frente a este importante proyecto urbanístico, cuya trascendencia para el futuro de Sevilla está fuera de toda duda.Antonio Rodríguez Almodóvar, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, comentaba ayer a este periódico que «en estas circunstancias, hablar del pacto Municipal es solamente una ironía» y el concejal delegado de Urbanismo, Víctor Pérez Escolano (PCA) estimaba que la unión de la izquierda nació trabada «por la falta de voluntad de profundización demostrada por algunas de las fuerzas que la suscribieron».
El convenio suscrito por el alcalde y las juntas mixtas de compensación del Polígono Aeropuerto en plena Semana Santa obliga al Ayuntamiento a conceder las licencias de edificación relativas a diversos sectores de los cuatro planes parciales que integran el proyecto, licencias que hasta ahora se encontraban paralizadas por un anterior acuerdo municipal, adoptado en el contexto de los trabajos de revisión y adaptación a la ley del Suelo del actual Plan General de Ordenación Urbana.
Los términos del acuerdo
Las juntas del Polígono Aeropuerto se comprometen, por su parte, a reservar al Ayuntamiento un metro cuadrado de suelo por cada diez metros cuadrados de edificabilidad en los sectores objeto del convenio. El acuerdo implica asimismo una serie de compromisos mutuos sobre equipamiento, servicios de transporte, vigilancia, recogida de basuras y otros, aplicación de la ordenanza de ruidos a los planes números dos y cuatro y otros aspectos de menor entidad.Luis Uruñuela manifestó ayer a EL PAIS que se había visto obligado a intervenir debido al estancamiento de las negociaciones que se venían celebrando entre las partes y a la gran responsabilidad que incumbe al Ayuntamiento en un asunto de tanta envergadura para la ciudad. Acerca de las acusaciones de haber pactado previamente con UCD para sacar adelante el convenio en el próximo pleno, el alcalde indicó que «eso son músicas celestiales», subrayó que su postura era sobradamente conocida y remitió a la decisión final del pleno.
Francisco Pavón, portavoz de UCD, aseguró que su grupo votaría a favor del documento por considerar imprescindible que el Ayuntamiento afronte de una vez un problema como el del Polígono Aeropuerto, que le ha venido impuesto por actuaciones de los ayuntamientos anteriores, y criticó, al mismo tiempo, la inmadurez de socialistas y comunistas al mantener posiciones maximalistas sobre el particular y no medir suficientemente las consecuencias que en la actual etapa de crisis económica tiene una suspensión indefinida de licencias.
Para el portavoz socialista, Rodríguez Almodóvar, «la alcaldía se ha precipitado a celebrar con este convenio el primer aniversario de la constitución del nuevo Ayuntamiento» haciendo uso, además, «de una legislación presidencialista totalmente caduca y que todos estamos combatiendo, al menos de palabra». En su opinión, el acuerdo firmado deja a la ciudad en una situación de indefensión urbanística total.
Finalmente, Víctor Pérez Escolano, del PCA, estimó particularmente graves los aspectos del acuerdo relativos a la programación de los sectores.
