La muerte de Félix
He leído y sigo leyendo artículos, comentarios, opiniones sobre Félix Rodríguez de la Fuente. Todos o casi todos dedican sus palabras a elogiar casi tópicamente la indudable y meritoria labor de este hombre, que supo dejar en nuestra sociedad su impacto positivo. Es lógico en estas circunstancias. Es fácil en estas circunstancias. Muchos, parece, se han aprovechado de la triste noticia para surgir o resurgir a la luz pública. Algunos, estoy seguro, han sentido la necesidad de comunicar su auténtico pesar, y yo, desde aquí, les aplaudo y abrazo.Sólo EL PAÍS ha dedícado especialmente su tiempo y espacios a los hombres colaboradores y profesionales que por razones básicamente altruístas ponían en juego todo lo que poseían: la vida. Por que nadie les obligaba a jugársela. Porque Televisión no obliga a esas cosas. Porque otros desistieron. Porque sin ellos, sin su entusiasmo, no existirían programas tan populares y útiles como El hombre y la Tierra. Y porque Teodoro Roa y Alberto Mariano no eran simples asalariados obligados a hacer lo que hacían, les gustaba, les entusiasmaba, como a Félix o más. Porque El hombre y la Tierra eran imágenes magníficas que muchas veces se convertían en inesperados programas en la sala de montaje.
Somos pocos los que podemos opinar con auténtico conocimiento de causa sobre esta aventura televisiva y muchos los que se creen con derecho a hacerlo. ¿Alguien cuenta con las personas que dentro de Televisión han trabajado también en hacer posible el programa? Pues sin ellos tampoco sería una realidad.
Una figura como la de Félix arrastra en su protagonismo todo lo meritorio, tanto propio como ajeno, y es indudable que una revista vende más ejemplares con Félix en portada que con Roa o Alberto. Pero los seres humanos del triste suceso fueron tres, ¿recuerdan?
EL PAÍS, en su labor informativa magnífica, cubre todos los cam pos y no podía olvidar la sección humana y profesional que repre sentaron mis compañeros y amigos Teodoro Roa y Alberto Mariano.
(director de fotografía de "El hombre y la Tierra")
