El billete puede costar veinte pesetas antes de fin de año

Las tarifas del Metro podrían subir dos veces a lo largo del presente año, tal como está previsto en los supuestos realizados por la Compañía, que han sido entregados a los ministerios de Trabajo y Economía. Con las dos subidas, el billete ordinario que, en la actualidad, cuesta doce pesetas, costaría quince, en este primer semestre, para terminar el año con un precio de veinte. Gracias a este aumento, la compañía tiene calculado recaudar 5.600 millones de pesetas, una vez establecido que la pérdida de viajeros por motivo de la subida se aproximará a los veintisiete millones.El presidente del consejo de intervención, Juan Torres, anunciaba el pasado mes de febrero que, antes de finalizar el trimestre, la compañía Metropolitano pediría oficialmente a la Junta Provincial de Precios un aumento de tarifas que situaría el precio del billete ordinario en quince pesetas. Sin embargo, según pudo saber ayer EL PAÍS, esta petición no ha sido realizada todavía, con lo que las, previsiones de ingresos por recaudación parece que serán mucho menores de las calculadas.

Los presupuestos de este año establecían que en esta primera fase subiría el precio del billete ordinario a quince pesetas, en tanto el festivo y el de ida y vuelta, cuyo precio actual es de diecinueve, pasaría a veinticinco. La subida de tarifas iría unida a una primera reestructuración de billetes múltiples, ya que en vez de la actual tarjeta semanal, que permite seis viajes de ida y vuelta por el precio de 84 pesetas, se pondría por primera vez a la venta unas tarjetas de diez viajes de ida y vuelta al precio de 225 pesetas. Estos viajes se podrían utilizar cualquier día laborable y no tendrían una temporalidad determinada.

La segunda subida, prevista para el segundo semestre -en un principio se hablaba de agosto-, ¡nerementaría el precio del billete ordinario hasta situarlo en veinte pesetas. Asimismo, se venderían ya los abonos de diez billetes, como los bonos-bus de la EMT, que se podrían usar cualquier día de la semana, con lo que, de tomarse esta medida, desaparecerían los billetes festivos y los de ida y vuelta. Estos abonos de diez viajes constarían 15,3 pesetas.

Las previsiones de recaudación, después de estis dos subidas, se acercarían, según los presupuestos, a 5.600 millones de pesetas, a los que habría que sumar los ingresos por publicidad.

Con respecto al número de viajeros previsto para este año, se calcula que las nuevas líneas inauguradas, desde el ines de octubre del pasado año hasta el mes de febrero de éste, ganarán un aumento de veintidós millones de viajeros, lo que supondría, para este año, 391 millones de usuarios. Sin embargo, esta previsión sólo es válida en el caso de que no hubiera ninguna pérdida de viajeros por aumento de tarifas. Con las dos subidas presupuestadas, los cálculos realizados determinan que el primer incremento hará perder unos veintitrés millones de usuarios, en tanto el segundo disminuirá el total de viajeros transportados en diez millones más, de los cuales, cuatro dejarán de usar el Metro antes de terminar este año.

La situación real de la Compañía puede trastocar, sin embargo, estos planes, ya que aún no se ha pedido ningún aumento; este hecho contrasta con las reiteradas decIaraciones del presidente del consejo de intervención, en el sentido de que el coste medio por viajero es ya de 23,50 pesetas. Este retraso y el futuro paso del Metro al Ayuntamiento y a la Diputación puede hacer que la segunda subida quede, en la práctica, congelada hasta primeros de 1981.