El subinspector de Circulación de la Policía Municipal, cesa por presunta indisciplina

El subinspector de Circulación de la Policía Municipal de Madrid, Rafael Martínez Aguilar, número cuatro en la jerarquía del citado cuerpo, fue destituido de su cargo hace unos días por el teniente de alcalde y concejal de Seguridad y Policía Municipal, José Barrionuevo, sin que la noticia trascendiese hasta ayer, en que fue expuesta por el grupo de concejales de UCD en la comisión permanente municipal, lo que motivó un nuevo enfrentamiento con la izquierda.

Según explicó el señor Barrionuevo a un reducido grupo de periodistas, el motivo del cese del oficial Martínez Aguilar es que éste ha realizado en los últimos tiempos diversos actos que podrían ser causa de indisciplina. Entre ellos, el haberse saltado el orden jerárquico existente en el cuerpo. Al parecer, el señor Martínez Aguilar dirigió algún escrito directamente al alcalde, jefe máximo de la Policía Municipal, saltándose los escalones segundo y tercero: el propio señor Barrionuevo y el inspector jefe de la Policía Municipal, respectivamente. (Aunque este último cargo no está ocupado orgánicamente, es desempeñado. en comisión de servicio desde el pasado mes de abril, por el coronel Santiago Estrada, antiguo delegado de Seguridad y Policía Municipal.)El señor Martínez Aguilar fue nombrado subinspector de Circulación el pasado 26 de junio de 1979, por acuerdo unánime de la comisión permanente, aun cuando llevaba varios años desempeñando el cargo de forma interina. Es el oficial más antiguo de la Policía Municipal y está considerado como uno de los más competen te s, opinión que comparte, pese a todo -y así lo expuso públicamente ayer en la reunión de la permanente-, José Barrionuevo. Tras el cese, ha quedado en la situación de expectativa de destino. El señor Barrionuevo se negó a realizar declaraciones y el oficial cesado, por su parte, se ausentó de Madrid el pasadojueves, con el fin de disfrutar de un largo fin de semana. Sus compañeros rehusaron igualmente comentar el hecho.

Se sabe, sin embargo, que su cese, producido de forma casi fulminante, ha provocado cierto malestar en algunos sectores del cuerpo. El relevo causó además un fuerte enfrentamiento verbal entre los concejales de izquierda y los de UCD.

En el turno de ruegos y preguntas, el concejal ucedista José Luis Alvarez expuso el tema afirmando que, no sólo el cese se había producido precipitadamente, sino que, además, no estaba en la competencia del concejal Barrionuevo esta atribución, para pasar seguidamente a decir que podrían existir motivaciones de tipo político.

La respuesta de Barrionuevo se produjo en un tono violento. Después de asegurar que sí está entre sus competencias el disponer el cese del aludido oficial, manifestó que no había obrado de forma sectaria y que no existían motivaciones políticas, sino actos que podrían rayar con la indisciplina. El señor Barrionuevo estimó que Alvarez había prestado un «muy mal servicio al Ayuntamiento al tratar asuntos internos de la Policía Municipal en público», por ser éste un cuerpo que pasa por momentos delicados.

A pesar de que el alcalde intentó mediar en el tema, se produjeron nuevas intervenciones de Alvarez y Barrionuevo, pese a que éste prometió enviar al grupo de UCD toda la documentación relativa al caso. Barrionuevo se prestó a un debate público, si UCD lo considerase necesario, pero advirtió que, en caso afirmativ,o, la responsabilidad recaería en UCD exclusivamente.

Barrionuevo fue objeto luego de nuevos ataques por parte de Javier Soto (UCD), quien dijo que el concejal socialista había tomado a sus órdenes a un funcionario de la concejalía de Educación, Rafael Vega, aparejador, que disponía de dos secretarias, coche oficial, chófer y dos policías de escolta, lo que consideró inadmisible.