La redacción de "Tribuna Policial" denuncia manipulaciones desde las secretarías generales

Una nueva y grave crisis se ha producido en el seno de la Asociación Profesional de Funcionarios del Cuerpo Superior de Policía, que se enmarca en el conjunto de dificultades que los funcionarios de Policía vienen hallando, desde hace tiempo, para su normal desenvolvimiento asociativo, bien profesional o sindical. La revista Tribuna Policial, órgano periodístico de la citada asociación, ha sido retenida por decisión del presidente de la asociación, y la plantilla de redacción ha dimitido.En el último número de Tribuna Policial, correspondiente al mes de marzo, se incluyen dos comunicados. Uno de ellos da cuenta del secuestro, por decisión del presidente de la asociación, Pablo Sánchez, «a instancias del secretario general de Coordinación, José Manuel Pérez Villarejo, con motivo de la dimisión de toda la redacción de la revista, encabezada por un artículo de su director, Juan Manuel Zarco, en el que se denuncian las presiones que se están ejerciendo desde las secretarías generales para que la revista sirva de plataforma de enfrentamiento entre los distintos estamentos del cuerpo, en perjuicio de la auténtica misión que desempeña al servicio de la sociedad española, así como de su objetivo fundamental: la creación de un auténtico vínculo democrático entre los ciudadanos y los funcionarios policiales, aspecto que no parece ser el más importante para estos órganos rectores de la APFCSP».

El segundo comunicado, firmado por los catorce miembros del consejo de redacción, explica su dimisión por las citadas presiones para que la revista «sirva de plataforma de enfrentamientos internos mediante denuncias personales».

Del número de Tribuna Policial retenido ha podido ser distribuida la mitad de su tirada, aproximadamente unos 5.000 ejemplares. Este ejemplar incluye una separata impuesta por la junta nacional de la asociación y titulada De muy buena fuente, que inicia una colaboración destinada a ser distribuida solamente a los funcionarios de Policía, y en la que se denuncian lo que parecen irregularidades en distintos servicios policiales, cuyos responsables señala con nombres y apellidos, aunque en un lenguaje sólo inteligible para quien tenga previa referencia de los affaires apuntados (problemas de escoltas, compras de material no utilizado, informaciones sobre determinados jefes de brigada, etcétera).

Juan Manuel Zarco, director de la revista, declaró a EL PAÍS que «esta línea de dureza que cuatro señores de la junta nacional de la asociación quieren imponer a la revista no es más que un simulacro para producir enfrentamientos, y responde a oscuros intereses de una manipulación a la que, desde luego, es ajena la mayoría de los asociados». Y añade que «nuestra dimisión se hizo tras una asamblea de redacción, perfectamente libre, en la que todos nos pronunciamos y vimos que se estaba tratando de manipular la revista, y eso no podíamos consentirlo.

Otras fuentes consultadas por este veriódico coinciden en que toda esta operación encaja en los recientes nombramientos de altos cargos policiales, recaídos en funcionarios procedentes de la policía político-social, y la eliminación de la línea policial más liberal, así como en entorpecer el proceso asociativo en él cuerpo.

No obstante, la Asociación del Cuerpo Superior de Policía distribuyó anoche una nota en la que puntualiza que Tribuna Policial no ha sido secuestrada, sino que «ha habido un retraso en su distribución, que a partir del día 24 del actual se efectuará con toda normalidad».

Asimismo manifiesta no tener conocimiento oficial de la dimisión de la redacción; niega que existan presiones de las secretarías generales sobre aquélla, y se reserva el derecho a exigir responsabilidades «por los posibles conceptos injuriosos y falsedades vertidos contra la entidad y las personas que, democráticamente elegidas, la dirigen».