Carter convoca en la Casa Blanca a un centenar de atletas norteamericanos

Jimmy Carter convocó ayer a un centenares de atletas de Estados Unidos en la Casa Blanca, a fin de explicarles personalmente las razones por las que recomienda el boicot a los Juegos Olímpicos y de exponerles su propósito de establecer una alternativa para la celebración de unos juegos paralelos.Carter explicó, una vez más, que el boicot a los Juegos es una medida de castigo contra la URSS por la invasión de Afganistán, y anunció que desea charlar detenidamente con los más significativos atletas norteamericanos sobre el asunto. Muchos de estos atletas convocados para la reunión con el presidente se han manifestado públicamente en contra del boicot. Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad nacional de Carter, comunicó por carta a los atletas la intención de Carter de entrevistarse con ellos; posteriormente, Lloyd Cutler, del consejo especial de la Casa Blanca, anunció a los atletas los planes para una competición en sustitución de los Juegos Olímpicos de Moscú.

La convocatoria tampoco ha sentado bien en algunos círculos. Willie Davenport, medalla de oro en 110 vallas en los últimos Juegos de Verano, y de bronce en Bobsleigh en los de Invierno, manifestó que Carter debería simplemente ordenar a los atletas norteamericanos que no acudieran a Moscú, ya que eso es lo que desea: «Todo lo que debe hacer es coger el teléfono, llamar al Departamento de Estado y hacer que se cancelen los visados de los atletas.» Añadió, ya dejando a un lado la ironía, que los atletas y los políticos deben marchar por separado: «No deberían mezclarnos en todo esto.»

Carter no tiene autoridad legal para ordenar a los atletas el boicot, ni tampoco para cancelar los visados, que son documentos soviéticos, pero sí tiene amplios poderes legales con los cuales puede anular los pasaportes, si lo considera necesario, por razones de seguridad nacional. Sin embargo, se piensa que tal medida no sería bien vista por la Corte de Justicia. Lo cierto es que unos Juegos paralelos no parecen ser posibles, y que el llamamiento de Carter al boicot ha tenido menos éxito, dentro y fuera de Estados Unidos, del esperado en principio.