Cantabria, discriminada
He sido lector de EL PAIS desde su nacimiento y firmemente creía en su imparcialidad y su talante liberal. No tanto como Le Monde, por supuesto, pero casi. ¿Debo pensar lo contrario?Raras serán las cartas que se reciban desde mi región (o si se prefiere, provincia de Santander). Considero que si los sucesos o problemas importantes de ella no deben divulgarse, en beneficio de vascos y catalanes que parecen tener la exclusividad en ese medio de prensa, será porque no existimos en el mapa. Quizá tengan más trascendencia asuntos como una gripe (aunque la contraiga el honorable Tarradellas) o se exterminen algunos delfines en el Japón. Tal vez cartas sobre estos últimos asuntos tengan para la clase periodística de este país más trascendencia que los problemas de una parcela «sumisa»- como puede ser este rinconcito del Norte.
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