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En Corpa, los concejales de izquierda no tienen acceso a los libros de cuentas

Once meses después de elegir a su ayuntamiento, los habitantes de Corpa no han logrado aún hacer un ruego o una pregunta a los responsables municipales. La cuestión estriba en que desde abril del pasado año, fecha de las elecciones, no ha sido convocado formalmente ningún pleno. Durante los tres primeros meses, los concejales de la Candidatura del Pueblo lograron que los vecinos pudiesen asistir a las sesiones que celebraban los ediles, pero sin poder intervenir en ningún momento.

Corpa es un pueblo de cerca de cuatrocientos habitantes, situado en los montes cercanos a Alcalá de Henares, a nueve kilómetros del alto del Gurugú. En las elecciones de abril del pasado año concurrieron a las urnas dos grupos. Por una parte, se presentaba la candidatura propiciada por Unión de Centro Democrático, que consiguió tres de los siete puestos a cubrir. Por otra, la llamada Candidatura del Pueblo, que, apoyada por el Partido Comunista, logró cuatro plazas de concejal, y con ellas la nominación de alcalde para el primero de su lista, Alejandro Toledo.Desde la constitución de la nueva Corporación, en el mes de abril, hasta los comienzos del verano, los concejales de la Candidatura del Pueblo, que habían prometido «honradez, cuentas claras e información», lograron que los vecinos asistiesen a las reuniones que celebraban los concejales, aunque nunca estas sesiones se hacían oficialmente como plenos municipales. Asimismo, a pesar de poder asistir a ellas, nunca se les permitió a los vecinos poder realizar un ruego.

Transcurrido este primer período, señalaron a EL PAIS fuentes del grupo de izquierda del Ayuntamiento, una moción sobre el cambio de calles empezó a cambiar esta política de semiapertura, y la trayectoria del alcalde experimentó un giro hacia la derecha. El cambio de nombre de las plazas del Generalísimo y de José Antonio Primo de Rivera no fue incluido en el orden del día de la sesión programada, a pesar de que estaba acordado por la mayoría de los concejales. El alcalde esgrimió unos argumentos que no convencieron a los miembros de su candidatura, y a partir de ese momento se iniciaron las discrepancias. Desde ese día, las fuerzas se invirtieron. El alcalde, cabeza de una candidatura, comenzó a actuar como miembro de la lista rival. Según sus compañeros de candidatura, durante la campaña electoral, los candidatos de UCD le amenazaron con dar a conocer una carta en la que se explicaban algunas implicaciones anteriores, que denunciaban un pasado poco honesto.

Alejandro Toledo declaró a EL PAIS a este respecto que la carta es un bulo. «Ellos querían un alcalde dominado por el PCE, y a mi no me domina nadie, ningún partido, y menos, comunista. Las elecciones las gané yo.»

Respecto a las cuentas municipales, los representantes de izquierdas lograron exponerlas al final del primer trimestre de gobierno, pero al comenzar los problemas con el alcalde ya no les permiten el acceso a ellas. El alcalde, dicen, no les deja estar en las oficinas fuera del horario de trabajo del auxiliar administrativo (no había secretario hasta hace quince días), y este horario es incompatible con el trabajo de los concejales. «A partir de ahora, las cuentas se darán a conocer cada mes», señala Alejandro Toledo, «En cuanto al cambio de placas, yo nunca les dije que sí. ¿Cómo voy a admitir que las cambien si las puso mi padre? No voy a ser tan idiota de cambiarlas yo, que me pasé varias horas en las colas para visitar el cadáver de Franco.»

Corpa no tiene aún establecido el presupuesto para el presente ejercicio, «pero esto no es nada del otro mundo, pues hay muchos municipios que no lo han aprobado todavía y son mucho más importantes que nosotros», dice el alcalde, quien manifestó que ayer por la noche se celebraría un pleno para aprobarlo. Ante la acusación de no haber celebrado aún ningún pleno en los once meses al frente del municipio, señaló que plenos sí los ha habido, «lo que pasa es que yo no voy a ir avisando a los vecinos casa por casa. Y además al principio sí asistían los vecinos, pero empezaron a preguntar sobre política y yo prohibí que se hiciesen preguntas, porque aquí sólo quiero que se hable del pueblo ».

Las arcas municipales registran un déficit de unos cinco millones de pesetas de las corporaciones anteriores, déficit que será muy dificil de reducir porque el presupuesto municipal no pasará mucho de 1.300.000 pesetas, que prácticamente se absorbe con los sueldos de los empleados.

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