Arafat confía en la iniciativa europea para resolver la crisis de Oriente Próximo

El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, se manifiesta moderadamente optimista a propósito de la solución del problema árabe-israelí, y ello «como consecuencia de las iniciativas europeas, posibles gracias a Giscard d'Estaing». Por otra parte, tras la campaña árabe del presidente francés, una serie de contactos secretos de París con la OLP y otros públicos, como el que mantendrá Giscard el próximo domingo con el canciller de la RFA, Helmut Schmidt, en Hamburgo, se valoran en medios diplomáticos como etapas que podrían conducir a una evolución histórica de la crisis de Oriente Próximo.

En unas declaraciones exclusivas al diario conservador parisiense Le Figaro, aun manifestándose duro, casi intratable, respecto a Israel, el líder de la OLP, Yasser Arafat, permite suponer que no todas las puertas están cerradas por parte de los palestinos para hacer verosímil una solución del problema capital que, a estas alturas, los confronta con Israel, a saber: reconocimiento del Estado israelí.Estas declaraciones, no nuevas en el fondo, pero sí en el tono, llegan a París en el mismo momento en que el presidente galo, después de sus diez días de cruzada proárabe, y, más intencionadamente, propalestina, a través de su gira por nueve países del Próximo Oriente, se esfuerza en acentuar el derecho de Israel «a fronteras seguras, reconocidas y garantizadas». El problema esencial, en efecto, no sólo consiste en que los israelíes les reconozcan a los palestinos el derecho a un Estado, sino que estos últimos admitan la inversa. Pero, hasta el presente, «la destrucción de Israel» ha sido una constante de su estrategia, aparente al menos.

El "derecho a la vida" de Israel

¿Quién va a convencer a la OLP para que haga un gesto en ese sentido del derecho a vivir de los israelíes? Parece ser que ahora, tras su peregrinaje por los países árabes (para no decir nada nuevo, pero sí en un momento oportuno y allí), Giscard d'Estaing ha iniciado la etapa más delicada de su operación diplomática (de prestigio y económico-petrolífera), basada en protagonizar el encauzamiento de la solución del problema árabe-israelí. A pesar de las repetidas solicitudes por parte del propio Arafat y de sus adjuntos para que el líder de la OLP sea recibido oficialmente en París, las autoridades francesas no han estimado oportuno que, por ahora, ese deseo palestino se cumpla.

Fuentes bien informadas de la capital francesa describen la actual táctica giscardiana en los siguientes términos: «En estos momentos, Giscard multiplica los contactos secretos, con la OLP preferentemente. Y ello para convencer a sus dirigentes de que no es posible un Estado palestino sin un Estado israelí. La acción de Giscard, por otra parte, de no conducir a ese final chocaría con una opinión pública interior que, en mayoría, es projudía. A juzgar por varios síntomas, visibles o no, el presidente francés recibiría a Arafat en París, en mayo a ser posible, a cambio de que este último reconociera públicamente el derecho a la existencia de Israel.

Nuevas exigencias palestinas

Para que ese esquema se convierta en realidad, Giscard debería cumplir otros requisitos, exigidos a su vez por el líder de la OLP. Uno de ellos, de peso, sería que el presidente francés consiguiera que los nueve de la CEE, unánime y espectacularmente, proclamaran el derecho de los palestinos no sólo a la autodeterminación (cinco países del Mercado Común ya se han manifestado en tal sentido), sino también a constituir un Estado soberano. En tal dirección se sitúan las conversaciones que van a mantener, el domingo próximo en Hamburgo, Giscard d'Estaing y el canciller de la República Federal, Schmidt. Otras fuentes diplomáticas consultadas por EL PAIS, ayer, no estimaban inverosímil todo lo anterior, «pero sin olvidar que sólo EEUU y su lobby judío pueden influir sobre Israel. En consecuencia, lo más que pueden hacer Giscard y Europa occidental es, a su vez, forzar a Washington. Esto aún no se ha producido».

Por último, ayer se anunció que Austria reconoce oficialmente el status diplomático a la representación de la OLP en Viena.